Situado en Camboya, The Gong es una instalación moderna y sostenible para la educación cultural dentro del gran desarrollo del Campus Educativo Smiling Gecko. Diseñado por el prestigioso estudio de arquitectura suizo atelier oi, la forma circular del edificio deriva del antiguo gong jemer, símbolo de resonancia y difusión cultural. La forma mejora la acústica para grabaciones y actuaciones y responde al clima local y a la difusión de la cultura camboyana a escala local y mundial.
El edificio mide 40 metros de diámetro y 9,6 metros de altura. Incluye cuatro estudios, dos salas de control, una cabina de grabación de vídeo, salas técnicas, un auditorio con 100 butacas, un teatro, una cafetería y servicios. Las funciones se organizan según la orientación del Gong. En el lado norte, el edificio se abre para recibir a los visitantes bajo un gran tejado donde se encuentran la recepción y la cafetería. En el lado este, se despliega el auditorio de 100 plazas, cerrado por muros curvos de ladrillo. El auditorio aprovecha el volumen creado por la cubierta para fomentar una generosa sensación de espacio y se beneficia de la ventilación natural.
Cada estudio cuenta con una pared acústica que emula las propiedades de los instrumentos musicales de madera: absorbe, refleja o realza el sonido. Estas paredes acústicas fueron fabricadas con madera de caucho local por el taller de carpintería del campus de Smiling Gecko. Los estudios y almacenes están climatizados para proteger los instrumentos de la humedad.
La forma circular del edificio permite que los vientos se deslicen por la fachada sin resistencia. La naturaleza curva de la fachada minimiza aún más las superficies expuestas al sol tropical. La mampostería perforada filtra la luz y el aire caliente, moderando el calor exterior, mientras que las entradas y salidas estratégicamente situadas garantizan la circulación continua del aire.
Sobre un suelo continuo de hormigón pulido, la cubierta se asienta como un sombrero de gran tamaño sobre 36 columnas. La estructura consta de cerchas de acero con una luz de 14 metros que se repite en 18 ejes, desplegando su forma circular. Pintada de rojo, la estructura dialoga con el color de los ladrillos.
Durante la temporada de lluvias, el agua de lluvia se dirige desde el tejado hasta el centro del edificio, donde se recoge como en un impluvio. El agua recogida puede canalizarse hacia un depósito específico donde se almacena y se utiliza para las explotaciones in situ durante la estación seca.
Desde el cielo, la forma del instrumento que dio nombre al edificio revela su forma.