El proyecto parte de la percepción del lugar. Más que fijarse exclusivamente en el edificio preexistente, era importante observar el contexto más amplio, sus potencialidades, limitaciones y las relaciones que se establecen en él. Estas relaciones sustentan la idea inherente del proyecto.
Situada en Nandufe (Tondela), la casa se inspira en este lugar de tradiciones con historia, traduciéndolas en nuevos planteamientos espaciales y constructivos. Se amolda con sobriedad, flexibilidad y equilibrio a un estilo de vida contemporáneo. La funcionalidad se funde con la estética, el arte y los elementos naturales.
La casa sostiene el terreno circundante, enclavada en una pequeña parcela adyacente a la calle, un espacio público que se relaciona de forma híbrida con el espacio interior privado. Alterna el cierre y la apertura en una transición gradual y controlada.
En un nivel superior, la vista se extiende sobre un inspirador paisaje natural salpicado de apropiaciones urbanas, transformándose gradualmente a su propio ritmo. El paisaje no sólo se captura, sino que también se lleva al interior, desmaterializándose y fundiéndose con el exterior, proporcionando una sensación de expansión espacial.
Sus dimensiones, materiales, detalles y diseño buscan siempre la máxima eficacia en una experiencia confortable impregnada de significado y sustentada en la libertad, la emoción y la belleza.
La casa pretende ser un refugio de la vida exterior, una pausa en la acelerada experiencia cotidiana, un momento de silencio para ver, sentir y vivir mejor.