Los clientes, un matrimonio que disfrutaba de su jubilación, tenían muchas necesidades de almacenamiento. Además, necesitaban un espacio amplio en el que colocar las piezas de arte y los muebles acumulados durante toda una vida.
Para conseguirlo, se diseñó un espacio muy abierto con dos grandes armarios. Uno de ellos oculta lavabos, fregaderos y otros servicios. El otro distribuye la cocina, los armarios y un cuarto de servicio para usos ocasionales que aparece y desaparece. El resultado es un espacio amplio y luminoso que funciona como un lienzo neutro.