Tras veinte años de vivir, viajar y aventurarse por Asia y Oceanía, la persona que regresa de un viaje no es la misma que se fue. En su último trabajo, NOA retoma la fascinante historia de la clienta y, con motivo de su regreso a Innsbruck, crea un interiorismo exclusivo que evoca atmósferas lejanas.


Transformar un desván desnudo en el centro de Innsbruck en una vivienda preparada para acoger las múltiples historias de un viajero: éste era el objetivo del último proyecto realizado por NOA. El estudio de arquitectura e interiorismo ya había demostrado en proyectos anteriores su habilidad para combinar atmósferas alpinas con mundos lejanos. Una afortunada combinación de la apasionante historia del cliente, que pasó veinte años en Inglaterra, Singapur, Nueva Zelanda y muchos otros países, y un piso en la última planta bañado de luz, con la imponente silueta de los Alpes como telón de fondo, sentaron las bases del proyecto.
cimientos del proyecto.

"Cada uno de nuestros diseños despliega una historia. En este trabajo, se puso en juego un aspecto personal adicional, a saber, los recuerdos de una vida que la clienta llevaba consigo. Cuadros, estatuas y objetos artesanales que necesitaban ser expuestos en un entorno que los realzara", explica Lukas Rungger, fundador de NOA.

Para definir el concepto, los interioristas partieron de la planta del piso, un espacio cuadrangular de 135 m2 con un bloque central para la zona de servicio y la escalera que conduce a la azotea. Dada la orientación trilateral de los grandes ventanales y la posibilidad de que varias funciones se sucedan en un espacio contiguo en forma de U, NOA dispuso los diferentes puestos de vida en función de la trayectoria del sol. Al este, la luz de la mañana ilumina la entrada, donde también hay una pequeña zona de despacho con escritorio y librería; al sureste, un cómodo sofá esquinero es el punto focal de la zona de estar; al sur, dos bloques de cocina independientes llenan el espacio, mientras que la cálida luz del atardecer se extiende sobre la mesa de comedor para ocho comensales, situada al suroeste. Dos dormitorios en el lado oeste completan la distribución. La luz se convierte así en un elemento central del diseño, prueba de ello es la elección unánime del nombre del piso, Omarama, que significa "espacio de luz" en la lengua de los maoríes, la población indígena de Nueva Zelanda con la que el cliente entró en estrecho contacto.


La paleta de colores del interior se reduce a lo esencial: blanco y negro, con el amarillo azafrán como único punto de color. Del mismo modo, el mobiliario sigue una geometría purista: el resultado es un ambiente sobrio y elegante que recuerda las atmósferas asiáticas, especialmente en las lámparas y los revestimientos de madera de roble.

"Queríamos emplear tonos oscuros, utilizando cuarcita negra, roble pintado y metal. Mediante el uso de listones de madera, hemos oscurecido las paredes, transformando la estancia en un telón de fondo con una atmósfera difuminada en la que solo los Alpes y unos pocos objetos seleccionados son el centro de atención", prosigue el interiorista Niccolò Panzani.

Entre las piezas de mobiliario destacan el sofá Tufty-Time de B&B Italia, las sillas de cuero negro de la colección Era Chair de Living Divani, las sillas de cuero nobuk azafrán de la colección Gemma de Baxter, las lámparas de papel de arroz Paper Pendant de vipp y las lámparas Hat de Aromas del Campo. Las superficies contrastan: negro
Noirblanc' de Antolini para la encimera de la cocina, el mueble bar y la mesa de centro, mientras que para la mesa del comedor, los diseñadores eligieron cuarcita blanca 'Montblanc' de Favorita. El blanco también vuelve en las superficies de los baños, donde los azulejos de la colección Flora de Botteganove reproducen grandes hojas de palmera polinesia como en una macrofotografía.

Los tres nón lá, los sombreros de paja cónicos, el gran cuadro indio del comedor y la estatua de Myanmar del guerrero con el paraguas son los toques finales de un piso que mira más allá de las montañas de Innsbruck.


Team:
Interior Design: NOA
Photographer: Alex Filz
