Vivienda con una planta en forma de "L" que combina las líneas refinadas del volumen superior blanco con bordes afilados con los volúmenes más compactos de la planta inferior.


Destacan el imponente voladizo generado por el aparcamiento, la continuidad interior-exterior que difumina los límites y la luz natural que penetra en el corazón de la casa a través de un lucernario situado en la doble altura junto a la escalera.


El elemento más destacable, sin embargo, es el abancalamiento que se genera en la fachada principal, enmarcando las ventanas de los dormitorios de la planta superior, con una pendiente estudiada para un adecuado control solar en las diferentes épocas del año a la vez que se consigue un imponente volumen que se eleva sobre la piscina.


