La nueva Hospedería-Ermita se ubica dentro del Complejo Monástico de Siloe, que se extiende sobre una superficie de 38,000 metros cuadrados a través de una trama de caminos colinares. Las cuatro unidades habitacionales, destinadas a ser hospedaje externo para los visitantes ocasionales de la comunidad de Siloe, están integradas en la conformación natural del terreno y se han construido sin alterar el paisaje circundante, experimentando una nueva forma de habitar sostenible.
Cada unidad habitacional, totalmente complementaria a la estructura del monasterio, está compuesta por una habitación con zona de cocina, un baño, un balcón al norte y una logia al sur. El diseño cumple con los requisitos de accesibilidad. El edificio tiene una estructura portante de madera y muros de cerramiento, es sismo-resistente, ventilado naturalmente y cumple completamente con los principios de bioarquitectura mediante el uso de materiales naturales totalmente reciclables.
La cubierta, los suelos y las paredes, también de madera, son transpirables y altamente aisladas; la cubierta ventilada está hecha de zinc-titanio y la madera expuesta es de alerce, dejada a la oxidación natural. El módulo ha sido concebido con superficies acristaladas más grandes en el lado noroeste para aprovechar la luz difusa; mientras que la fachada sur está compuesta por muros con acristalamiento reducido protegidos por el voladizo del techo. Los muros exteriores, el pavimento y los marcos de las ventanas son todos de madera de alerce.
Para favorecer la agrupación de los pequeños edificios y la economía del suelo, y dado que no hay vistas ni aberturas entre los cuerpos de edificación, se han construido a una distancia mínima de 5 metros, diseñados como parte de un único edificio.