Los orígenes del edificio se remontan al siglo XVI cuando formaba parte de Can Ayamans, inmueble colindante en la calle Pureza. Vestigios de ese origen común se encuentran en el patio donde aún se observan grandes arcadas que cruzan en dirección a Can Ayamans. El Archiduque Luis Salvador de Austria ya hace referencia al inmueble calificándolo cómo “uno de los inmuebles más bellos de Palma”. Durante los siglos XIX y principios del XX, Pont i Vic sufrió numerosas reformas que desvirtuaron su origen renacentista, perdiéndose así mismo la unidad que tenían estos dos edificios.
Con semejantes antecedentes, el proceso de diseño se inicia con una profunda investigación sus orígenes históricos, de las alteraciones realizadas a lo largo de los siglos, y, sobre todo, de las huellas históricas que han llegado hasta nuestros días, las cuales dan pistas del pasado esplendoroso del edificio y de las grandes posibilidades del mismo.
A simple vista, situado en la esquina de la calle Pont i Vic con la calle Pureza, es un edificio anodino con una fachada de escaso valor, fruto de las reformas antes mencionadas. Sin embargo, el edifico esconde un tesoro: el patio central al que se accede a través de un patio de caballerizas con bóvedas de crucería de marés, ocultas inicialmente bajo un cielo raso. Bóvedas en perfecto estado de conservación, sustentadas en un pilar central de piedra caliza. El proyecto de reforma hace especial hincapié en la recuperación, no sólo para el edificio, sino para la ciudad de Palma de este espléndido espacio comunitario. Ambos, se abren al exterior para que puedan ser contemplados desde la calle.
En el patio central se recuperan los vestigios del pasado común con Can Ayamans: se descubre una gran arcada de 2 plantas que unía antiguamente los dos edificios. El proyecto de reforma incluye apartamentos en dúplex para facilitar la integración de esta interesantísima traza arquitectónica en el conjunto del proyecto. El patio también conservaba elementos de cerrajería antiguos, los cuales se han recuperado e incluso replicado en las demás barandillas del edificio. También se restaura la galería perimetral de madera, la cual dota a los pisos de las plantas superiores de grandes ventanales.
Alrededor del patio se disponen las viviendas del edificio, 9 en total. Además de los anteriormente citados apartamentos de las plantas baja y primera, se diseñan 5 pisos en dúplex, áticos con acceso privado a la azotea desde dónde se disfruta de vistas a las numerosas iglesias del barrio, incluida la catedral. Todos los pisos se comunican por la escalera original restaurada siguiendo el mismo criterio que en el patio: mostrar y enfatizar las antiguas bóvedas de marés.
Un parte importante del edificio es la galería de arte 6A, prestigiosa entidad cultural de Palma que ha instalado su nueva sede en el edificio, mostrando a la ciudad su patrimonio artístico e industrial, anteriormente oculto y ahora visible a través de los grandes ventanales de la Calle Pureza y del propio patio del edificio.
La selección de materiales naturales, nobles y locales, acordes con la historia del edificio y la esencia mediterránea, es fundamental. Una paleta simple de materiales naturales tiene continuidad en todo el proyecto combinando la recuperación de los elementos de piedra históricos y cerrajería original, con materiales adecuados para un proyecto de esta índole: carpinterías de madera, elementos estructurales de piedra y madera, molduras de yeso y madera, artesonados de madera, revestimientos de mortero y cal, suelos cerámicos, de piedra y de madera, cerrajería de forja, etc. El interior de los pisos se ha diseñado juntamente con la interiorista Javiera Sánchez.
A pesar de ser una reconstrucción histórica, se quiere dotar al edificio de estándares muy altos de sostenibilidad para conseguir una alta eficiencia energética, haciendo hincapié en las estrategias passivhaus, cómo por ejemplo los altos espesores de aislamiento o la ventilación cruzada de las viviendas aprovechando los patios. La sostenibilidad más que una responsabilidad es una obligación hoy en día.
El edificio guardaba una última sorpresa acorde a su glorioso pasado: durante la ejecución de las obras de reforma se descubrió un yacimiento romano de gran valor arqueológico. El arqueólogo Jordi Hernández recuperó y catalogó multitud de piezas de gran valor histórico las cuales podrán verse en un futuro próximo en el museo de Mallorca.
EQUIPO: Guillermo Reynés, Álvaro Pérez, Jesús González, Marianna Dyonisopoulou, Eleni Oikonomaki, Enrique Juan, Giacomo Sorino.
CONSTRUCCIÓN: JAIME BIBILONI
DISEÑO DE INTERIORES: HouseBySanz