Esta isla de luz, con sus superficies reflectantes, a veces opacas y a veces transparentes, parece flotar en el espacio, ofreciendo una vista impresionante del Mount Royal. El contraste con los muros negros que la rodean acentúa la perspectiva exterior, al tiempo que ambienta la vida cotidiana en la ciudad. Este volumen singular actúa como punto de encuentro y colaboración, creando un sutil umbral entre los espacios públicos y privados. Un pasillo amarillo brillante recorre el espacio, animando el camino y fomentando los intercambios.



Las entradas separadas para empleados y visitantes garantizan una circulación fluida y armoniosa por las instalaciones. Los visitantes son recibidos por el distintivo de Projet Paysage, perfectamente integrado en el mobiliario hecho a medida. Esta misma isla central se abre a una sala de conferencias bañada de luz, filtrada por la transparencia de las paredes. Más atrás, la luz natural inunda el espacio de trabajo. Los despachos, agrupados formando una gran unidad de colaboración, también ofrecen espacios íntimos, separados por una gran jardinera que refuerza la conexión con la naturaleza. La elección de materiales brutos, como el hormigón, el álamo y el contrachapado de cerezo ruso, puntuados por elementos vegetales, encarna la sensibilidad de Projet Paysage hacia el exterior y los materiales naturales.


