La casa está ubicada en un barrio cerrado en la zona norte de Buenos Aires y se implanta en un terreno de 940 m2, cuyo fondo da a un canal navegable que desemboca en el río Luján.
Esta característica fuertemente natural y el deseo del comitente de tener una casa permeable, muy ligada al entorno, fueron los puntos de partida para el desarrollo de este proyecto. Imaginamos que la vivienda podía comportarse como una raíz que va tomando posesión del terreno. Un elemento lineal, que se bifurca, sube o baja según los obstáculos que quiere eludir o los objetivos a los que quiere dirigirse en el camino de su crecimiento. Por lo tanto, la aparición de la arquitectura en este terreno se sucedió como un elemento vivo que se fue deformando según las necesidades del programa o la búsqueda de maximizar el contacto con el espacio exterior.
El programa de necesidades se puede sintetizar como tres grandes lofts: el espacio social en planta baja, la suite principal en un nivel intermedio y los dormitorios secundarios en planta alta (que pueden integrarse y formar un solo espacio para compartir actividades como estudiar, descansar, jugar). La articulación entre los mismos se da mediante patios y desniveles, jugando de manera ambigüa entre privacidad e integración buscando no perder la fluidez espacial. Por otro lado, cada sector se relaciona de una manera particular con el exterior. El gran espacio living-comedor- cocina se continua hacia el jardín a través de una galería. La cocina, al mismo tiempo, mira hacia un patio interno. El dormitorio principal, se desarrolla hacia el fondo para acercarse al río y se eleva medio nivel para ganar visuales al mismo. Los dos dormitorios de los hijos, en el primer piso, se extienden hacia una terraza que ofrece distintas posiblidades de uso y sobre todo vistas sobre toda la bahía. Por último, cabe destacar la pileta, que se ubica estratégicamente paralela a la costa, con un desborde infinito para que se integren visualmente las dos aguas (pileta / río) y el solarium, unos escalones más abajo, aparece como una gran plataforma aportando un espacio de estar en el jardín desde donde contemplar el paisaje circundante.
En cuanto a lo morfológico proponemos una cinta de hormigón que le da estructura y continuidad a todo el conjunto, además de ir armando los diferentes espacios. Hacia atrás, aparece apoyada sobre taludes de tierra y se va elevando hacia el frente para armar un patio lateral, el acceso y finalmente, los dormitorios. Como complemento, surgen unos muros ciegos que hacen de respaldo y contienen los servicios (lavadero, sala de máquinas, toilette).
La idea constructiva de la vivienda tiene que ver con la búsqueda de fusionar la piel, la estructura y el cerramiento, además de reducir al mínimo los costos de mantenimiento. Es por este motivo que aparece el hormigón armado como material principal resolviendo las necesidades no solo constructivas o estructurales sino también programáticas y estéticas. Se buscó un diseño que resultara en un uso racional y expresivo del material.
Para terminar, podemos decir que esta casa busca ser un refugio, conectarse de una manera profunda con el lugar y generar, al mismo tiempo, espacios para inspirarse.
