Ubicado en la ciudad de Guadalajara Jalisco, este proyecto significó nuestra incursión en el género comercial. El cliente nos pidió que rediseñáramos la marca de los salones de belleza L'OCCOCÓ, una de las mayores franquicias de salones de belleza de México. Querían reflejar una imagen de elegancia con el carácter necesario para que los clientes se sintieran identificados con la marca.
El ejercicio comenzó con un análisis de los salones existentes, comprendiendo la dinámica de uso, el mobiliario necesario para llevar a cabo las actividades del salón, el flujo de clientes y personal y los espacios óptimos para trabajar libremente. Nuestro lenguaje tenía que simplificar la corriente, purificarla, había que identificar lo esencial y reajustar lo que podía adaptarse de otra manera. Una vez que entendimos esto, procedimos a la intervención, teníamos que generar una tipología que pudiera ser replicada para ajustarse a las características de una franquicia.
Nuestro objetivo era lograr la simplicidad, liberando el espacio de obstáculos y simplificando el diseño del mobiliario para ayudar a generar una continuidad espacial. Para aportar carácter y elegancia al espacio, y como reminiscencia de la estación de autobuses de Pamplona, decidimos aplicar finas lamas de madera en secuencias de llenos y vacíos, resolviendo así el problema del techo y las paredes. Esta superposición de planos crea una envoltura que produce una atmósfera que el usuario es capaz de sentir al cruzar el umbral de acceso.
Utilizamos el color blanco como recurso para buscar la abstracción y la luminosidad. La iluminación artificial se integra en la envolvente, siguiendo la continuidad de los tirantes en sentido longitudinal y transversal. El proyecto modelo que se nos encargó se adaptó a un local comercial de medidas atípicas, ya que está situado en una esquina con dos vistas, lo que permite realizar recorridos más largos.
La zona de corte y la zona de lavado se han dividido en 2 escenarios, mediante una pantalla con paneles verticales que permiten las vistas y la circulación del aire. Esto hace posible caminar o moverse de un escenario a otro, asegurando la privacidad de cada espacio. La zona de empleados está oculta, pegada a los ingresos de servicios y aseos. El resultado es un espacio que se siente al vivir, esperando que el usuario salga pensando en la experiencia de estar en un lugar que no ha visto antes.