Importante renovación de una casa familiar de Montreal.
Entre Quatre Murs desvela su diseño de La casa con un gran corazón, situada en Town of Mount Royal, en Montreal. Construida originalmente en 1959, la casa llevaba varias décadas sin renovarse y presentaba las típicas habitaciones cerradas y pasillos pequeños, estrechos y oscuros. Los clientes querían crear un hogar que se adaptara a su estilo de vida. Decidieron comprar la propiedad por su ubicación y su gran jardín, pero querían una transformación radical de todas sus plantas para que su joven familia pudiera prosperar entre sus paredes durante muchos años.


Hacer de la luz un elemento central de la casa
Para superar la falta de luz natural, se optó por abrir la casa existente descompartimentando muchas de las habitaciones y creando una impresionante abertura entre la primera y la segunda planta. La escalera de madera blanca completamente abierta, con barandillas de cristal que cruzan las tres plantas de la residencia, da una impresión de ligereza nada más entrar en el espacio, permitiendo que la luz del sol atraviese toda la casa. Para crear una fuerte conexión con el exterior, se realizaron amplias aberturas en la fachada trasera, que ofrecen vistas del jardín desde todas las plantas.


Cada habitación a su tiempo
Aunque el espacio es un concepto totalmente abierto, la cocina no se ve directamente al entrar en la casa, ni tampoco desde el salón o el despacho diáfano situado en la segunda planta. Sólo subiendo las escaleras es posible apreciar todos los espacios simultáneamente.
"Queríamos que cada habitación tuviera su intimidad, y que las vistas entre cada espacio no impidieran disfrutar del momento, sino que simplemente permitieran vislumbrar a otros miembros de la familia moviéndose de una habitación a otra. Por eso, aunque la mayoría de las dos plantas son de planta abierta, el mobiliario hecho a medida y la colocación de las habitaciones ofrecen una sensación de calma y privacidad", explica Gatline Artis, propietaria de la casa y diseñadora de Entre Quatre Murs.


Para el diseño de la cocina se adoptó un enfoque poco convencional. De hecho, está dividida en dos espacios separados. La parte delantera consta de tres elementos de mobiliario integrados que se diseñaron para dar sensación de ligereza y refinamiento. No hay armarios de pared, el mueble de porcelana recuerda a las librerías del salón, y las delicadas patas de la isla permiten crear una zona de mesa común en torno a la cual la familia se reúne cada noche para preparar la cena. Detrás de la parte delantera, la despensa totalmente negra destaca de la cocina por su contraste, resaltándola. Para facilitar el acceso, se planeó deliberadamente que ninguna puerta la cerrara. Verdadera prolongación de la cocina, este espacio se ha aprovechado al máximo para integrar discretamente el frigorífico, el rincón del café, así como todos los pequeños electrodomésticos de uso diario. Estos elementos permanecen ocultos visualmente, pero al alcance de la mano. Humilde y unificador, este espacio, profundamente arraigado en la vida familiar, combina armoniosamente estética y funcionalidad.


Cuando privacidad y espacio común van de la mano
En la segunda planta, todos los espacios privados se articulan en torno a la abertura central de la casa. Lejos de los pasillos y espacios compartimentados originales, la nueva configuración sumerge a los ocupantes en el corazón de la vida familiar en cuanto salen de sus espacios privados. Estos espacios actúan como pequeños capullos de intimidad y permiten el ritmo de vida de los distintos miembros de la familia. Se prestó especial atención al aislamiento acústico de estos espacios.
El despacho, parte integrante del diseño de la planta, se ha convertido en una pieza central de la vida cotidiana de los propietarios. Querían poder trabajar ocasionalmente desde casa con vistas despejadas al jardín. Colocadas en el centro del espacio, las grandes superficies de trabajo actúan como una isla central en torno a la cual todos los miembros de la familia pueden reunirse para trabajar, incluidos los niños durante la hora de los deberes.


Cuatro funciones, un espacio
En este proyecto no se pasó por alto ningún detalle, incluido el sótano en el que coexisten armoniosamente tres funciones sin solaparse. Esto fue posible gracias al uso de módulos de armarios que proporcionan una delimitación visual entre el gimnasio, la zona de la piscina y la sala familiar. Para optimizar el uso del espacio, el diseño de estos muebles a medida también potencia la funcionalidad de cada uno de los subespacios. El resultado es un sótano vivo y multifuncional que utiliza a diario toda la familia.
"Buscábamos un hogar dulce, un pequeño capullo donde poder ver crecer a nuestros hijos, pero sobre todo queríamos un hogar que reflejara nuestra propia imagen. Era primordial crear nuestra propia casa, completamente hecha a medida, en la que pudiéramos vivir y prosperar durante décadas. Desde el primer trazo de lápiz hasta el último retoque de pintura, el proceso fue laborioso, pero no nos arrepentimos en absoluto de la aventura. La casa sigue sorprendiéndonos con cada estación que pasa, y supera nuestras expectativas de funcionalidad y calidad de vida", explica Gatline Artis.


Team:
Design Studio: Entre Quatre Murs
Designer / Project manager: Gatline Artis
Contractor: Projet Caron
Cabinetmaker: Création Avantage
Photo credit: Phil Bernard


Materials Used:
Slik design
Stonetile
Ramacieri Soligo
Caesarstone
Brizo
Ethnicraft
EQ3, Crate & Barrel
Herman Miller
Delightfull
Normann Copenhagen
Gus Modern
Sonneman.

