Casa Invierno es una vivienda unifamiliar cuyo objetivo radica en ser un refugio y espacio de disfrute de las privilegiadas condiciones del sitio: la vida afuera, la vida en el campo. Es por esto que el partido arquitectónico se organiza en cuatro bloques entrelazados a partir del control que los habitantes tienen de la permeabilidad del interior al exterior de la vivienda, pues el esquema plantea por medio de texturas logradas por los volúmenes, la tectónica y los vanos del edificio, filtros dinámicos que van extendiendo (abriendo) o cerrando los espacios de acuerdo a las necesidades.
Hacia la avenida plantea un lenguaje de materiales que celebran la sinceridad de los elementos naturales, como la piedra y la madera, y cuyas aberturas remarcan los diferentes volúmenes que parecen bailar uno junto a otro. El espacio es interceptado por un eje de múltiples alturas que se abre paso de norte a sur, la columna vertebral de la casa que descubre a cada espacio y que culmina en el oasis verde del Country Club. Hacia el campo de golf se presenta un juego de volúmenes cuyos abocinados restan pesadez, creando vanos recubiertos por texturas que permiten una amplia manipulación de la permeabilidad, brindando la posibilidad de convertir toda casa en una extensión al campo de golf si así se desea.
El programa arquitectónico ser compone de un área social: la sala, el comedor, el bar, el despacho, la cocina, la alberca y la terraza; un área privada, formada por cuatro recámaras y los servicios. Era necesario que dichas áreas mantuvieran independencia entre sí, por ende, el acceso se presenta como un punto de convergencia entre ambos, cuya función es extender todos los espacios hacia el campo de golf.
Todos los espacios se caracterizan por el control de la privacidad y permeabilidad hacia el exterior, tal es el caso del despacho, el cual se encuentra dividido en dos: una parte exterior y otra interior y cuya interacción se percibe como dependiente una de la otra ya que la vegetación propuesta y la tectónica de la vivienda permiten (si así se desea) eliminar la separación entre éstas, propiciando una ventilación constante y un asoleamiento controlado.
El manejo de texturas responde a la permeabilidad del sitio, piedra en los volúmenes que encierran terrazas, muros con acabado de concreto desbastado y membranas de madera y de vidrio como los elementos de control más flexibles.