El edificio existente de la Oficina Nacional de Bosques de Versalles (l'Office National des Forêts de Versailles) está situado en el paisaje urbano como punto de entrada al bosque de propiedad estatal. Diseñado por Delalande Tabourin, un nuevo y sencillo pabellón que sirve de extensión al edificio existente se integra de forma convincente en el contexto del bosque urbano a través de su forma y materialidad, al tiempo que expresa las diferentes actividades de la ONF.
El pabellón ofrece nuevos espacios de trabajo que cumplen los requisitos funcionales del cliente, al tiempo que plantean el lugar de trabajo como una experiencia espacial y paisajística singular. Los arquitectos explican que el pabellón está diseñado para atraer la curiosidad de los visitantes, ya sean colaboradores, transeúntes o trabajadores de la ONF.
La forma del edificio evoca una escultura de madera en equilibrio sobre varias piezas de madera. El tejado, fácilmente visible desde el camino forestal, es la pieza central del proyecto, se eleva sobre el paisaje y atrae las miradas de quienes recorren el camino forestal. Más allá, al fondo, se ven los tejados de la ciudad de Versalles.
Cortados a partir de piezas macizas de madera, estos bloques perfilan la organización entre los espacios verdes servidos y en servicio. Los espacios están compuestos íntegramente de madera, lo que subraya su proximidad al paisaje forestal.
La madera del tejado y la fachada del pabellón procede de los bosques estatales de Versalles. La madera se cortó y mecanizó en un aserradero local, lo que hizo posible la delgadez de los listones de madera gracias a la disponibilidad del mecanizado y a la cantidad de madera de castaño. El programa de construcción del proyecto se tuvo especialmente en cuenta para dar cabida a los siete meses de secado que requiere la madera seleccionada.
En el interior, el mobiliario y la señalización de los edificios se diseñan y fabrican a medida totalmente en madera y se inspiran en el vocabulario tipográfico de las marcas de los leñadores en los árboles.
La posición empotrada del pabellón en el paisaje natural protege los espacios de oficinas durante los calurosos meses de verano al conservar el frescor de los dos muros construidos con piedras de molino. El aislamiento biológico de alto rendimiento del pabellón y el sistema de ventilación cruzada natural a través de su amplia fachada garantizan que el proyecto no dependa de la climatización mecánica.