El estudio de Ciudad de México Taller Héctor Barroso ha finalizado un conjunto de cuatro casas en la exuberante localidad de Valle de Bravo, en el centro de México. El proyecto, conocido como Los Helechos, tiene una superficie de 1.150 metros cuadrados y está situado en un terreno escarpado, boscoso y repleto de vegetación.
Las residencias colindantes están escalonadas en planta y sección en correspondencia con la forma de la parcela triangular y su variada topografía. Los arquitectos organizaron el edificio lineal para que tuviera un impacto mínimo en su emplazamiento, adaptándose al terreno y reduciendo el desplazamiento de tierra. Las viviendas están construidas en madera, hormigón y estuco en tonos beiges y grises homogéneos, terrosos y acordes con el contexto natural.
Formalmente, el edificio consiste en un conjunto de volúmenes y planos ortogonales. Las formas rectilíneas enmarcan un patio central en planta. Las formas son cerradas y opacas en un lado, donde se encuentran con una calzada de piedra pavimentada; en el otro, se desintegran y se abren al bosque. En sección, cada vivienda termina con un volumen de doble cubo que corresponde a dos dormitorios separados por una escalera central. Estas geometrías estrictas confieren al conjunto un racionalismo que da lógica y orden a un lugar que, de otro modo, sería salvaje;
La distribución está diseñada para mirar tanto hacia dentro como hacia fuera. Un patio central sirve de espacio exterior íntimo, de contemplación y también de transición entre usos privados y comunes. Los espacios comunes descansan bajo una cubierta de madera que da al jardín. Estas zonas de estar se abren completamente al exterior, mientras que los espacios privados se resguardan dentro de sólidos volúmenes cubiertos con tierra del lugar para una mayor intimidad;
La arquitectura presenta grandes ventanales y puertas que proporcionan una amplia conectividad entre el interior y el exterior y entre los espacios interiores. Los dormitorios incluyen ventanas fijas transparentes de altura completa, así como pequeñas aberturas verticales de madera que son operables para acceder al aire fresco y la ventilación. Los techos presentan vigas de madera aparente, mientras que los suelos son de madera noble y las paredes están enlucidas. Estos acabados aportan a los interiores una mezcla de texturas naturales y crudas.
Los espacios comunes exteriores están coronados por una pérgola con una rejilla estructural de madera rellena de finas lamas de madera. El diseño permite la adaptación y, en algunos casos, las celdas de la rejilla se abren para permitir el paso de grandes árboles. Los espacios exteriores están equipados con chimeneas y tienen acceso directo a la zona de estar interior;