El espacio encontrado, que se encuentra en un estrecho pasaje cercano al templo de Gaudí de la “Sagrada Familia”, había sido originalmente una fábrica de marcos de aluminio, y después de eso se convirtió en un estacionamiento convencional.

El objetivo del proyecto era transformar ese espacio industrial en una nueva sala de exposiciones flexibles.

La mayor virtud del espacio era su marcado carácter industrial, debido a sus altos techos, su estructura de hormigón y la luz brillante que entra por los lucernarios, inundando el suelo de cemento. Nuestra intervención pretendía mejorar el espíritu del espacio original con el presupuesto más bajo posible.

La luz de los antiguos lucernarios fue suficiente para dar carácter al espacio, así que sólo se tuvo que limpiar todos los elementos para aprovechar al máximo esta luz natural.

Los requisitos del programa eran mínimos; sólo tres baños públicos en el espacio. Para esto, se ubicaron tres cajas de madera en el espacio principal, como si un niño hubiera estado jugando con sus bloques de madera. Los exteriores de las cajas son rugosos, hechos de palets de madera reutilizados, siguiendo con el carácter industrial del espacio. Sin embargo, dentro de cada caja se oculta una sorpresa; un espacio totalmente doméstico, cálido y protegido, amueblado con muebles antiguos.