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La nueva boutique de Calico Club, de inspiración zen, crea calma en un mundo impredecible.

Calico Club, un minorista de moda de alta gama de los Países Bajos, ha lanzado una nueva boutique que se ha convertido en un destino para los aficionados a la moda. En un momento en que el mundo parece impredecible y los minoristas aumentan los estímulos y los fondos dignos de Insta, Calico Club se ha inspirado en los maestros zen japoneses para ofrecer a sus clientes algo más que marcas exclusivas, sino un entorno que alimenta el flujo creativo.

photo_credit Sarah Wijzenbeek — Sarah Wijzenbeek

Con una clientela tan fiel, una oferta de moda tan vanguardista y un deseo de hacer la venta al por menor de forma diferente, los propietarios han elegido una ubicación tentadora fuera de los caminos trillados. Situada en el pueblo meridional de Nistelrode, la tienda tenía que ofrecer una experiencia digna de vivirse.

En colaboración con el estudio internacional de interiorismo y arquitectura Barde vanVoltt, el equipo transformó la centenaria tienda de la granja en un espacio tranquilo que se disfruta aún más cuando se ve de cerca.

La filosofía del diseño se basa en el contraste entre la herencia holandesa y la tradición japonesa, que chocan para formar una expresión inesperada. La planta tiene la forma de un jardín zen japonés y sus elementos tradicionales de rocas, agua y plantas se han interpretado de un modo más moderno y abstracto.

Las rocas adoptan la forma de peñascos dentados y encalados que también sirven de expositores, suelos de hormigón pulido, grava descarnada e islas elevadas de guijarros blancos para albergar colecciones. El vidrio espejado ondulado se asemeja al agua, y las plantas y árboles japoneses esculpidos destacan sobre el rústico exterior rojo de la granja. Para equilibrar los materiales más fríos, el nogal y el lino aportan calidez al interior. El mostrador, los armarios y los vestidores están tallados en nogal y revestidos de lino. Arriba, el espacioso techo de la granja se llena de cortinas de lino para complementar los percheros metálicos rectangulares y suavizar la acústica de la tienda.

Aunque el diseño es inesperado, la tienda nunca está abarrotada. Los expositores y probadores tienen cada uno su propio espacio definido para evitar distracciones y fomentar la concentración. El árbol japonés al final de la tienda es un ejemplo. Encerrado en un banco circular de cristal, el árbol y la colección de moda que tiene enfrente están resaltados por una chapa metálica curvada y enrollada que los separa de los probadores. Y en la parte delantera de la tienda, los clientes ven lo mejor de la colección a través de cilindros de cristal flotantes llenos de heno. Todo ello contribuye a la armonía y está respaldado por una política de tienda sin pantallas.

El flamante Calico Club recompensa a quienes lo buscan. Presenta las mejores marcas en un espacio sin igual, en un pueblo en el que no pensaría inmediatamente. Una experiencia comercial original que le transformará a primera vista.