El proyecto está situado en la localidad de Funes, en una zona privada. El solar, de forma rectangular, cuenta con dos robles en la parte trasera de la parcela, que en otoño adquieren un color rojizo similar al del ladrillo.


Se establece una serie de volúmenes de mampostería diferentes, donde cada uno adquiere su propia secuencia y composición. La casa es compacta y está situada en el centro de la parcela. La articulación de la planta responde a la progresión de los espacios interiores simples según las orientaciones más favorables. La disposición de las habitaciones semicubiertas, en continuidad con los espacios cubiertos, asegura una excelente calidad de ambiente en los interiores. El mayor espacio disponible en el volumen más eficiente.


El volumen principal es un espacio inclinado con ventanas orientadas en tres direcciones, lo que permite descubrir las cualidades cambiantes de la luz y las diferentes formas de ver. Se abre en la parte superior, hacia el este, captando la luz de la mañana, mientras que en la parte inferior, enfrente, hay una abertura en estrecha relación con el fondo de la parcela, los robles y las vistas más profundas del terreno. La ranura superior permite la ventilación cruzada del aire.



Materiales con textura y color propios, como el ladrillo, que ofrecen continuidad y versatilidad constructiva, se suman a la apariencia que una sola pieza puede alcanzar en su conjunto, envolviendo toda la casa, dando solidez física y transformando el material en un elemento predominante de la arquitectura; con un mantenimiento mínimo y un envejecimiento gradual; aleros y losas de hormigón; perfiles metálicos; chapa prepintada negra, madera en suelos, muebles y revestimientos, todo ello contribuye a la expresión material de la casa.



