El colegio se sitúa fuera del casco urbano, elevado sobre el vial en una parcela plana rectangular resultado del desmonte realizado en la ladera rocosa de un cerro y muy condicionada por la sombra arrojada por la pared del cerro desde media mañana, lo que exige racionalización en la implantación. Se ha pretendido formalizar la fachada exterior construyendo al borde del talud con el mejor soleamiento, y dejando la zona interior para las pistas deportivas.
La imagen exterior es la de un edificio público con un lenguaje actual, combinando los materiales tradicionales de la arquitectura mediterránea con los sistemas actuales de eficiencia energética. El edificio docente en forma de L en torno a una zona deportiva interior tiene una volumetría claramente reconocible desde el exterior: muros de ladrillo visto en color blanco, horadados por huecos horizontales tamizados por lamas verticales de aluminio en color amarillo. Una gran rampa de entrada marca el acceso al vestíbulo principal.
El brazo transversal de la planta baja con óptima orientación al soleamiento contiene dos hileras de aulas de Infantil, y el longitudinal con los núcleos de comunicación y zonas comunes sobre el que apoya la planta primera, que contiene las aulas de Primaria. La situación centrada del acceso-vestíbulo permite organizar desde éste tanto las distintas circulaciones interiores, como al porche, gimnasio y zona de juegos en el exterior. Las aulas exteriores de infantil se han diseñado con un toldo cubierto (hacia el sureste) que permite el mejor uso de las mismas en épocas estivales.