Concurso internacional | primera mención
El proyecto es consecuencia de un concurso internacional de ideas para el edificio de los Juzgados de Guardia en el Campus de la Justicia de Madrid. El Campus se compondrá de una serie de edificios, todos ellos de planta circular fijada en una ordenación previa, y albergará la totalidad de los espacios necesarios para la Justicia de la Comunidad de Madrid, hoy dispersos por toda la ciudad.
De modo análogo a un faro marítimo, el funcionamiento de un edificio de Juzgados de Guardia es continuo durante las 24 horas del día y esta singularidad será la base de nuestra propuesta.
La volumetría circular se verá afectada por una serie de cortes que dejan al descubierto los usos públicos del edificio y que en su visión nocturna se presentan como linternas reclamando la continua actividad de este tipo de juzgados. El mayor de estos espacios será el acceso al edificio.
El volumen resultante respeta la imagen global del conjunto de cilindros del Campus presentando su cara convexa hacia el perímetro del mismo, mientras las linternas quedan orientadas al interior. La geometría anular se destina a los usos restringidos de definido y mecánico funcionamiento judicial. Los cortes producidos en los cilindros introducen una geometría trapezoidal dotando al espacio público de un libre y variante carácter.

La inmediata división de los usos en público y privado se manifiesta de nuevo en las dos geometrías del edificio. Los espacios de acceso restringido o de trabajo quedan situados en la cara norte del edificio beneficiándose de la controlada y homogénea luz, mientras que los espacios públicos (circulación, información, cafetería…) aprovechan la cambiante luz del sur.
Con la intención de dotar de un claro impacto visual a los transparentes y luminosos faros de la propuesta, el resto de la superficie se trata de modo homogéneo y traslúcido. Un muro cortina alberga los huecos necesarios por ventilación y se protege con una malla metálica de color gris. De este modo que durante el día se percibirá como un oscuro pero liviano cilindro y durante la noche la suave luz tamizada por la malla, con distintos grados de perforación según el uso que albergue, contrastará con las transparentes linternas, verdaderos reclamos de la propuesta.

La cámara producida entre ambas envolventes produce beneficios energéticos al funcionar como tamiz solar y mantener controlado el margen térmico del cerramiento interior mediante el flujo de aire ascendente en su interior. La irregular geometría de las carpinterías de las linternas tiene su origen en las tradicionales mallas romboidales de los faros marítimos.
