"La mayor libertad nace del mayor rigor "   Eupalinos o el Arquitecto, Paul Valery

Un promotor privado de la periferia de Madrid, un polígono en expansión típico de los años dorados y un proyecto readaptado para soportar la crisis, constituyen el germen de esta obra.

La nueva condición de proyecto obliga a una feroz deshidratación de la primera propuesta cuyo espacio arquitectónico más representativo, el núcleo de comunicaciones materializado por un espacio único vertical que atraviesa toda la planta, vertebraba escalera, mesetas, terrazas-patio comunes, balconadas y puentes de conexión entre viviendas. Tras el ajuste, este espacio se aquilató sin perder su condición fundamental de elemento vertebrador y conector de relaciones visuales y sociales. El espacio, que invade todo el edificio de color y luz, a través de unas visuales diagonales que desembocan en terrazas-patio comunitarias por donde se ve el cielo y el jardín, se alcanza gracias a la no sectorización de la escalera.

El alzado serio, medido, riguroso, económico, configurado por la singular escalera y la agrupación de viviendas contrapeadas, dibuja una cisura, un deslizamiento de las franjas de ventanas corridas y una singular apertura en los alzados NE y SO.

El material dominante es el ladrillo cara vista, en dos colores que dibujan esa agrupación tipológica diagonal. Un tercer ladrillo negro en el basamento cierra las viviendas de mayor dimensión abiertas al jardín. Las carpinterías y las persianas oscuras y el retranqueo del ladrillo oscuro entre ellas enfatizan las bandas horizontales.

El soportal de acceso desde la calle, atrio del edificio, umbráculo del jardín se convierte en una veranda ante la piscina. En el reducido espacio soleado del retranqueo ofrecido generosamente por la normativa se sitúa una eficiente piscina, estrecha y larga, de marcado carácter deportivo.