El proyecto del bloque D de la Universidad Industrial de Santander, está ubicado en el departamento de Santander en el municipio de El Socorro. El sitio se caracteriza por la inclinación del terreno, cercana al 15% y la presencia de una masa arbórea compuesta por aproximadamente 388 árboles.



El edificio, se ubica al costado norte del eje principal de circulación y se relaciona con el espacio libre a través de múltiples niveles de acceso que aprovechan la inclinación del terreno Una serie de escaleras bordean la parte sur del edificio en una secuencia de plataformas que resuelven las diferencias de nivel en el exterior.


El reconocimiento de la tradición arquitectónica del sitio es clave como una respuesta espacial adecuada a las circunstancias culturales y geográficas de Socorro y Santander. Este estudio, permitió identificar el caney como una tipología edilicia cuyas características de materialidad, estructura, y espacialidad valoran los materiales locales, y dan una solución adecuada a las condiciones topográficas geográficas Así, se reinterpreta el rasgo espacial esencial del caney la cubierta inclinada soportada por un armado de vigas y columnas en madera incrementando la escala de esta cubierta para dar lugar al programa arquitectónico.


Su estructura tradicional en madera fue sustituida por un sistema estructural híbrido de madera y metal para mejorar la eficiencia de ambos materiales y generar un espacio cubierto de mayor magnitud. El edificio es de uso educativo, y su programa está compuesto principalmente por espacios académicos; sobre los bordes norte y sur, longitudinales al edificio, se disponen las aulas en los distintos niveles del proyecto De esta forma se dispone un corredor central que da acceso directo a cada uno de los costados.


Por la pendiente del terreno el borde oriental está enterrado en el nivel 1 y 2 y sobre este se agrupan los servicios del edificio. Bajo esta misma lógica, el remate occidental del edificio se abre directamente al paisaje, de modo que allí se dispone una escalera cuya huella se desplaza nivel a nivel generando una experiencia diversa en el recorrido, y valorando la relación que el edificio tiene con el lugar.


Su materialidad valora las técnicas de construcción locales, el uso de tapia pisada y la piedra barichara fueron elementos claves dando continuidad a la premisa que buscó generar un vínculo entre el proyecto, su espacialidad, los materiales, y el paisaje cultural y geográfico.

