Hay muchos tipos de pinceles en Japón, desde los tradicionales para la caligrafía, hasta los de uso cosmético para mujeres. Esta sala de exposición fue construida para un fabricante de pinceles, que ha estado haciendo esta amplia gama de pinceles durante 200 años, y es para su tienda principal en Kyoto.

Es un pequeño edificio de dos pisos de estructura de hormigón armado y está orientado hacia la calle Teramachi, donde se encuentran muchas tiendas de antigüedades y antiguas casas de té.

El paisaje de la ciudad de esta zona está efectivamente controlado por la ordenanza de la ciudad de Kioto. Por lo tanto, se requiere que todos los edificios tengan un ambiente tradicional, que por cierto apoya la imagen de esta empresa debido a la naturaleza de su mercancía. La pregunta es, ¿cuánto del elemento moderno puede aplicarse a su espacio.

Después de numerosas discusiones con el gobierno municipal, el diseño que incorpora paredes blancas de hormigón visto con un patrón de grano de madera, la celosía en la apertura frontal y un alero horizontal de lamas de madera, fue finalmente aceptado como propuesto.

No se pretendía que fuera un espacio típicamente japonés de luz tenue y sombras, sino más bien un espacio interior lleno de luz natural. Para ello, las tres luces naturales del cielo puestas en el espacio lo hicieron tan brillante que da la impresión de estar al aire libre en el espacio interior. Al mismo tiempo, al ser un espacio cerrado como una caja, da sin embargo una sensación muy abierta en el interior.

La estrategia detrás de este diseño es que, principalmente se pidió la mejor iluminación para probar los pinceles que se venden allí. Simultáneamente, la intención era crear un espacio lleno de luz y también tener algo de japonés en él, primero para exhibir los mundialmente famosos pinceles japoneses y para aquellos que vienen de todo el mundo a comprar el internacionalmente aclamado producto de Hakuhodo.