A medida que la era de la Prohibición llegaba a su fin en 1933, los speakeasies se desvanecieron lentamente, pero el concepto de un bar secreto y oculto ha sido revivido en los últimos años. La experiencia de los speakeasies se ha convertido en una tendencia popular en la industria de la hospitalidad, ofreciendo una experiencia única e inmersiva para los clientes que buscan una experiencia diferente del mundo de la mixología. El diseño de Handshake Bar busca recrear el glamour y la atracción de la era de la prohibición.

Handshake Bar emana el ambiente de un speakeasy clásico. Desde la entrada secreta de Handshake Bar, uno se encuentra con un callejón que se asemeja a los antiguos callejones de Nueva York, buscando transportar al usuario a aquellos años de la era de la prohibición. Donde la puerta de acceso se disfraza de una pared de concreto aparente. Uno entra al vestíbulo donde la primera impresión es una habitación iluminada con luz cálida que nos da una introducción inicial a los colores que dominan en esta propuesta, abunda la madera oscura acompañada de molduras antiguas y estanterías donde botellas y libros comparten repisas. Después de pasar por el vestíbulo, uno entra al salón donde el elemento principal de este espacio es barra de mármol negro. Esta barra es donde todo lo esencial del bar sucede, donde las bebidas cobran vida de las manos de los bartenders. Esta barra de mármol cuenta con dos “jockeys” (espacio de trabajo usado por los bartenders) donde sucede toda la magia de la mixología.

Se diseñó un espacio de trabajo personalizado de acero inoxidable donde el bartender tiene a mano todos los utensilios que necesita para preparar una bebida. La contra barra está decorada de botelleros con detalles dorados. Aquí las botellas y la cristalería están bañadas por una luz cálida. Esta luz brinda un protagonismo a los elementos principales que conforman una bebida: el licor y la cristalería.

Debido al reducido tamaño del salón, se buscó generar la impresión de que el espacio sea mucho más grande de lo que parece. Esto se logró colocando espejos contrapuestos para generar una sensación de profundidad. Donde las luces cálidas del salón se reproducen al infinito, haciendo creer al usuario que el espacio es mayor. Detrás de la barra hay una serie de cuartos adyacentes que sirven como cámara de refrigeración, donde se almacenan los ingredientes y bebidas del establecimiento. Esta ubicación es ideal ya que, al estar ubicadas detrás de la barra, facilitó la instalación de un servicio de grifo para bebidas carbonatadas.

Esto permitió que los usuarios lograran tener una experiencia más próxima al proceso de elaboración de una bebida.