El Nuevo Pabellón de Pádel suaviza con su presencia las fronteras materiales entre el espacio público y el privado en el barrio de Parolin, en Curitiba, Brasil. Esto se nota especialmente durante el día, debido a los flujos de jugadores en torno a la sede del club, o durante la noche, cuando el pabellón actúa como una significativa lámpara urbana iluminada por LED. La impermeabilidad física, común a los pabellones deportivos privados masivos, se reduce en este proyecto por la simplicidad de su estrategia arquitectónica basada en tres elementos: límites definidos por muros verdes, base en podio y encajonamiento como caja suspendida.
El emplazamiento del Nuevo Pabellón de Pádel es contiguo, aunque extramuros, a la ya consolidada Sede de Tenis Lucio Smythe que pertenece al Club Curitibano. Esta separación obliga a los socios del club a cruzar las calles limítrofes exteriores para desplazarse entre las sedes deportivas. Este diálogo urbano forzado, poco habitual en los clubes deportivos privados, fue la motivación para una arquitectura que se relacionaba con el espacio público del Barrio Parolin de Curitiba - actuando, con las debidas restricciones, como contrapunto a los introvertidos edificios residenciales de los alrededores, ocultos tras vallas y altos muros, y al estigma social del barrio, a menudo asociado a la delincuencia y las drogas.
Muros verdes
De acuerdo con los límites de desplazamiento impuestos por la legislación urbanística, el solar pudo albergar cuatro pistas de pádel, de 10X20 metros cada una. La estructura de las pistas, de fabricación española, es una combinación de grandes paneles de vidrio templado, estructurados por perfiles de tubos de acero galvanizado. La transparencia de estos palcos de pista permite la visión completa de los límites del recinto, por lo que el límite visual sensible para el jugador se extiende desde los límites del juego hasta los muros verdes que rodean el pabellón, en las faldas del barrio. El muro, borde entre el dominio público y el privado, asume, en consecuencia, el papel de límite visual del solar a través de su desarrollo: se ensancha para acoger la vegetación, se escalona para obedecer a la escala peatonal, y termina como nicho para controlar el acceso a los pabellones.
Podio
El terreno original de la parcela tenía un fuerte declive que se modificó para crear una zona de podio para las cuatro pistas de pádel, así como una terraza que se beneficia de las vistas hacia el perfil de la ciudad. La zona elevada se planificó estructuralmente para acomodar el peso adicional del público cuando se colocan gradas en las competiciones. La zona subterránea, próxima a los vestuarios, alberga los depósitos de reutilización de aguas pluviales, que dan servicio a todo el complejo. En el nivel de la calle, en la parte baja del solar, se colocó un aparcamiento en pendiente, minimizando su impacto visual desde las pistas.
Palco Suspendido
La Nueva Sede de Pádel para el Club Curitibano pretende ser un centro de referencia nacional para la práctica y competiciones de dicho deporte en Brasil. El proyecto también exigía flexibilidad para las instalaciones de las gradas, asumiendo que sus vistas no se verían afectadas por elementos estructurales. Así, a partir de estas limitaciones, se definieron los límites del pabellón deportivo y sus ocho pilotes (visualmente leídos como sólo cuatro soportes). Sobre los soportes metálicos tubulares redondos se apoyan dos cerchas longitudinales de 50 metros de longitud y seis metros de altura, de las que cuelgan las otras dos cerchas transversales de unos 24 metros de longitud. Los doce metros de voladizo en los cuatro extremos contribuyen a acentuar la ligereza y suspensión de la caja del pabellón, al tiempo que permiten un mejor comportamiento estructural del vano central, ya que reducen el momento flector en las cerchas principales. Toda a estrutura é trabada lateralmente por uma pérgola metálica, elemento que também atua como reguladora de escala na área de vivenda, uma vez que não facilita desde esse lugar a percepção do volume total do campo de desporto.
El cerramiento del palco se realiza con persianas industriales de policarbonato translúcido, material que permite una incidencia difusa de la luz solar y mucha ventilación natural. En los días de mayor luminosidad solar, permite practicar en las pistas de pádel sin necesidad de encender las luces artificiales. Esta piel lúcida también evita el deslumbramiento solar de los jugadores durante los partidos, ya que iguala los fuertes contrastes de luminosidad entre el palco suspendido y los paneles acristalados a nivel de la pista de pádel -donde las vistas desde los muros verdes circundantes o las lejanas Montañas del Mar amplían el límite sensible-.
Team:
Architects: Saboia+Ruiz Arquitetos
Team: Alexandre Ruiz, Thais Saboia, Rodrigo Vinci, André Bihuna, Haraldo Hauer, Bruno Niepsui
Structure: Eng. Ricardo Henrique Dias, Eng. Norimasa Ishikawa
Construction: VCCON e TECMETAL
MEP: Projemaster
Client: Clube Curitibano.
Photographs: Alexandre Kenji Okabaiasse, Alexandre Ruiz
