OUM Wellness, en Monterrey (México), está concebido como un santuario urbano, un lugar donde los visitantes pueden reconectar consigo mismos en un entorno tranquilo y armonioso. Diseñado con la sostenibilidad como eje central, el edificio presenta líneas suaves y formas orgánicas que fluyen de forma natural con el paisaje circundante de Monterrey.

Integración en el contexto

El proyecto se integra cuidadosamente en los contornos naturales del emplazamiento, con un patio central abierto que actúa como elemento unificador que vincula las distintas áreas programáticas y fomenta una sensación de continuidad dentro de la disposición radial. Inspirado en la filosofía oriental, basada en el equilibrio y la serenidad, OUM Wellness está diseñado para guiar a las personas hacia la paz interior, la renovación física y una conexión más profunda con su auténtico yo.

Juego de volúmenes

El proyecto está moldeado por las condiciones específicas de su emplazamiento, formando una clara terminación con la calle principal y estableciendo una fuerte presencia dentro del tejido urbano. La circulación se organiza a lo largo de dos vías principales: una ruta peatonal que permite un contacto gradual con la arquitectura, y ascensores acristalados que se desplazan a lo largo de un patio vertical, ofreciendo vistas continuas del interior y el exterior del edificio.

El diseño se estructura en torno a dos volúmenes interconectados. El volumen inferior sigue la topografía natural, creando espacios funcionales que permanecen estrechamente ligados al paisaje. Por encima, un volumen suspendido compacto se sitúa a lo largo de un eje radial, alineándose con la disposición general del plan maestro y ofreciendo perspectivas variadas desde el emplazamiento en esquina. Este nivel superior define un patio central, que permanece abierto a nivel del suelo, contribuyendo a una experiencia interior cohesiva y espacialmente generosa.

Arquitectura bioclimática

El proyecto está concebido como un edificio de energía neta cero (NZEB), con el objetivo de equilibrar su consumo anual de energía con la producción de energía in situ. Con el objetivo de obtener certificaciones como LEED y WELL, el diseño prioriza las estrategias ambientales pasivas sobre los sistemas mecánicos para lograr un alto rendimiento.

Un patio central funciona como un conducto de aire vertical que facilita la convección natural. Cuando el aire caliente asciende, se enfría al pasar sobre una superficie horizontal de agua en el atrio, contribuyendo así a una estrategia de refrigeración pasiva. La vegetación integrada a lo largo de las superficies verticales del edificio mejora el confort térmico mediante la sombra y la evapotranspiración.

Las fachadas incorporan paneles de hormigón permeable que reducen la ganancia solar, disipan el calor y dirigen el flujo de aire natural hacia el atrio central, favoreciendo una envolvente sensible al clima. El efecto combinado del diseño del patio, la topografía abierta de la planta baja y las superficies plantadas crea un clima interior autorregulado que reduce la dependencia de los sistemas mecánicos y favorece un comportamiento de los usuarios eficiente desde el punto de vista energético.

Innovación de materiales

El proyecto está diseñado para funcionar principalmente mediante estrategias pasivas, mejorando la eficiencia energética y la integración medioambiental mediante una cuidadosa elección de materiales. Las fachadas longitudinales presentan una celosía de hormigón poroso que filtra la radiación solar, disipa el calor y guía las brisas refrescantes hacia el atrio central. La masa térmica de la estructura de hormigón ayuda a moderar las fluctuaciones de temperatura, reduciendo la demanda de sistemas mecánicos.

El consumo anual de energía se equilibra con la producción in situ de energía renovable. Esto se consigue mediante una gran pérgola en el nivel superior, equipada con paneles fotovoltaicos que generan electricidad al tiempo que proporcionan sombra al edificio inferior.

El proyecto surge del planteamiento de una perspectiva global, confrontada con las especiales circunstancias climáticas y culturales de Monterrey. La arquitectura incorpora el increíble paisaje de la recortada sierra y el carácter extremo del lugar. El resultado no responde a ideas o estilos preconcebidos, sino que explora los registros expresivos de los sistemas que necesariamente se combinan.