El proyecto surge del deseo del cliente –una multinacional de moldeo por inyección de plásticos- de adaptar la imagen de su actual edificio de oficinas a la identidad corporativa y entidad de la empresa en el momento presente, donde se ha posicionado como un referente internacional en el sector bajo la premisa de “pasión e innovación en plásticos”, a la vanguardia en el diseño y las tecnologías más avanzadas sin abandonar sus orígenes de trabajo artesanal y cuidado exhaustivo del producto.

Con esta premisa, el leitmotiv del proyecto se basa en ensalzar el valor de la escalera central, que recorre la triple altura del atrio que conecta las tres plantas de programa recogidas en el edificio. Una escalera de ida y vuelta con la meseta volada que se regulariza en cuanto a morfología y se refina en cuanto a materialidad, con una barandilla de vidrio tintado que le otorga mayor ligereza al tiempo que entra en un interesante diálogo de reflejos y simetrías con las cajas de vidrio donde se ubican las nuevas salas generadas, destinadas a reuniones y despacho de secretaría adjunta a dirección y cuya incorporación al programa resultaba necesaria dado el crecimiento exponencial de la empresa.

Ante esa necesidad de ampliación programática y la necesaria ubicación de los nuevos despachos en la zona de triple altura, se opta por materializar estos usos como unas cajas de vidrio que, si bien dan cierta privacidad de uso, respetan en todo momento la visual del conjunto, manteniendo la lectura del atrio como una triple altura de la que bajo ningún concepto se podía prescindir en el proyecto.

La pureza y uniformidad de los revestimientos se consigue por un lado mediante panelados de madera natural de castaño, que regularizan los paramentos verticales al tiempo que integran instalaciones y puertas de paso, y falsos techos continuos blancos por otro, con iluminación LED lineal indirecta y oculta.

La imponente vista frontal del muro cortina se refuerza con la iluminación puntual del techo en la zona del atrio a triple altura, mediante luminarias que se descuelgan a diferentes alturas y que, en planta baja, parecen simular un cielo estrellado sobre nuestras cabezas.

Finalmente, se otorga un toque de color con el mobiliario elegido, haciendo un guiño a la empresa con el rojo corporativoque, sin ser protagonista absoluto, sigue presente en sus renovadas oficinas centrales.

El resultado es un edificio de oficinas que nada tiene que ver con el anterior. Un proyecto actual y futuro acorde a la entidad de la empresa; de estética completamente renovada en la que priman la sencillez y la pureza de líneas, donde los materiales naturales como la madera se tratan de forma artesanal y, en el que se consigue adaptar el programa a las necesidades actuales de la empresa al tiempo que se mantienen –o incluso ensalzan- tanto la singular escalera como la triple altura donde se ubica.