El artista argentino-español Felipe Pantone ha creado una obra de arte a gran escala en el fondo de una piscina. Ubicada en una elegante casa contemporánea frente al mar en Jávea, en un soleado rincón del Mediterráneo, la obra de arte subacuática de Pantone es un colorido mosaico de vidrio realizado con miles de teselas por la marca española ONIX.
En su obra, Pantone explora las formas en que el desplazamiento del espectro luminoso influye en el color y la repetición. Considera que la luz y el color son la esencia del arte visual. La piscina infinita (bautizada por Pantone como la "piscina infinita") de la casa diseñada por la arquitecta Esther Santos, ofrecía un telón de fondo ideal para crear una espiral prismática submarina de color. Con unos 130.000 mosaicos de vidrio, esta gigantesca obra de pixel art contrasta con el edificio blanco adyacente.
Para producir el mosaico, Pantone eligió siete colores para el diseño, fusionando tonos primarios azules, amarillos y rojos. El diseño geométrico se extiende desde el centro de la piscina, cubriendo el fondo y los laterales, con tonalidades rojas y amarillas que desembocan en una serie de azules.
Trabajando con un espacio que suele pasar desapercibido -el fondo de una piscina-, el artista logró un juego dinámico de color y luz, con un efecto óptico magnificado por el agua. Al utilizar azulejos de una pulgada, aparece un arco iris de colores en permanente estado de movimiento, ilusión generada por el agua tranquila y ondulante y la luz mediterránea siempre cambiante. Desde la perspectiva de Pantone, su intención era "crear un efecto que nunca antes se había visto en una piscina: un diseño subacuático que se centra en la luz".
En su proceso artístico, Felipe Pantone comienza con una fase digital en la que utiliza varios programas informáticos para crear diseños llenos de color. Posteriormente, los diseños se transforman en obras de arte físicas, marcando una conexión entre los mundos digital y analógico.