En el centro de Milán, este último restaurante del chef Andrea Aprea, galardonado con dos estrellas Michelin, está situado en la última planta de la Fondazione Luigi Rovati, una institución científica y cultural. El proyecto fue diseñado por Flaviano Capriotti Architetti, que también se encargó del diseño del Caffe Bistrot, que da a un patio verde secreto.
Con una superficie total de 400 metros cuadrados, el restaurante Andrea Aprea está dividido en usos, que incluyen un comedor de 210 metros cuadrados, un comedor privado adicional, una bodega y un vestíbulo. El comedor central tiene capacidad para 36 comensales, distribuidos en ocho mesas.
El arquitecto Capriotti describe el concepto de diseño como un marco estético para colgar la filosofía gastronómica de Andrea Aprea. El diseño presenta una sorprendente alternancia visual entre luz y oscuridad, con una variada selección de materiales que incluye madera, yeso, piedra y bucchero.
El gran comedor central presenta paredes cubiertas de sillares fabricados con el ya mencionado bucchero, una cerámica negra que los etruscos utilizaban para fabricar sus jarrones. Los sillares, en este caso, fueron hechos a mano por un artesano de Viterbo, Italia, que trabaja con un pequeño horno donde la terracota se cuece sin oxígeno, según una técnica ancestral. Este antiguo proceso da como resultado el color negro iridiscente por el que es conocida la cerámica etrusca.
También se ha pensado especialmente para el comedor una espectacular araña circular de cristal de Murano con pan de oro. Fabricada por Barovier & Toso mediante el antiguo proceso del "rocío", la luminaria dialoga con la perspectiva inclinada de las paredes y el techo circundantes, que generan el efecto de un espacio a modo de proscenio desde el que contemplar la elaboración de la alta cocina. Los comensales están orientados en dos direcciones. Desde la primera, los comensales pueden ver toda la linealidad de la cocina y la elaboración de los platos a través de una gran pared de cristal que separa la cocina del comedor. En la otra dirección, los comensales pueden contemplar el skyline de Milán.
Además del restaurante principal, Capriotti diseñó el Caffe Bistrot, con vistas al patio verde del Palazzo. El espacio, de un total de 135 metros cuadrados, da cabida a 22 comensales en el interior y a otros 12 en una zona abierta. Inspirándose en la tradición de los cafés del Milán cosmopolita y burgués de principios del siglo XX, el diseño fluye en torno a un mostrador semicircular de latón bruñido, cuya forma dirige la mirada de los comensales hacia el exterior. El suelo de estilo veneciano, diseñado por Capriotti y fabricado por el Laboratorio Morseletto, incluye un estampado de círculos concéntricos que irradian hacia el exterior desde el mostrador central.
En resumen, tanto el concepto de restaurante como el de cafetería presentan elementos clave de la cocina italiana y un ambiente que favorece el deseo de convivencia y buen gusto a cualquier hora.