La empresa praguense Prokš Přikryl Architekti ha reconvertido el silo de grano de un edificio histórico de un molino de Pardubice, ciudad de la República Checa, como parte del desarrollo en curso de un nuevo distrito urbano cultural y social.
Situada a orillas del río Chrudimka, en el centro de Pardubice, Automatic Mills, calificada de "monumento cultural nacional", es uno de los primeros edificios diseñados por el influyente arquitecto checo Josef Gočár. Creado originalmente en 1911 para los hermanos Winternitz, expertos en negocios, el Molino Winternitz pasó a llamarse "Automatické Mlýny" (Molinos Automáticos) en 1940 con la llegada de la Segunda Guerra Mundial. El silo de grano del molino, también diseñado por Gočár, se añadió entre 1921 y 1924. Un siglo después, Prokš Přikryl Architekti diseñó la conversión del silo en un proyecto de reutilización adaptativa: un nuevo espacio multifuncional para conferencias y arte, que forma parte de Los Molinos Automáticos de Gočár. Este floreciente centro cultural y social se asienta en el terreno baldío del molino en desuso (la producción de harina cesó en 2013). Además del silo de grano, diferentes arquitectos han construido varios edificios: un centro de información sobre la ciudad, un centro de formación en artesanía y tecnología y dos galerías.
La reconversión del silo incorpora una serie de espacios: los depósitos de grano, de nuevo accesibles, albergarán exposiciones; un sótano alberga aseos e instalaciones públicas; la planta baja incluye una zona pública cubierta y un centro de información; un vestíbulo superior -que sustituye a la antigua sala de máquinas de la quinta planta- acoge representaciones teatrales, conferencias, conciertos y actos sociales; el tejado incluye ahora una terraza y un bar. Las modificaciones interiores se redujeron al mínimo, conservando la mayoría de las superficies originales y su rica pátina de décadas.
Prokš Přikryl activó la planta baja del silo por ambos lados y creó un espacio público accesible bajo los silos. "La idea de abrir el edificio a la plaza iba de la mano de la apertura general del emplazamiento a la ciudad después de más de un siglo", explica el estudio. Los arquitectos reintrodujeron una gran abertura en el zócalo de ladrillo que antes estaba cerrada e hicieron una conexión a nivel del parterre en el lateral entre el molino y el silo. Para el edificio se excavó un sótano en toda su longitud; el nivel de las aguas subterráneas obligó a utilizar hormigón visto impermeable y muros de 300 milímetros de grosor. Para crear un vestíbulo abierto en la quinta planta, Prokš Přikryl eliminó el techo, las columnas, la losa del tejado y el ático, dejando solo la mampostería perimetral original: se fijaron muros exentos a la losa del techo, se añadió un nuevo tejado plano y se creó una terraza pavimentada de hormigón.
"El estado del hormigón de 100 años de antigüedad, que ahora es aproximadamente C16/20 [resistencia a la compresión], era muy bueno, no presentaba defectos y no fue necesario repararlo", explica Prokš Přikryl. "Sin embargo, las estructuras horizontales no cumplían las cargas requeridas, por lo que se sustituyeron por otras nuevas". Los espacios sobre rasante están aislados internamente (con placas de silicato cálcico de 75 milímetros de espesor), debido a la fachada catalogada del edificio. La calefacción se suministra mediante una bomba de calor tierra-agua que consta de seis perforaciones geotérmicas con una profundidad de 120 metros. El interior del silo se caracteriza por su verticalidad: un espacio accesible en el segundo nivel utiliza un camino de rejilla de acero galvanizado de malla abierta, que revela la esencia misma de los silos de grano. Los paneles prefabricados de vidrio y hormigón del suelo en la planta baja y en el vestíbulo superior ayudan a difundir la luz por todo el espacio y hacia el sótano. Una escalera de rejilla de acero galvanizado rodea un hueco de ascensor de hormigón visto y sirve de vía de evacuación en caso de incendio desde la azotea y el vestíbulo.
