El estudio barcelonés 08014 ha finalizado un refrescante proyecto de viviendas construido con materiales naturales y colores terrosos en el sur de Ibiza. Titulado "24 viviendas públicas en Platja D'en Bossa", el edificio residencial de 2.600 metros cuadrados se asienta sobre una parcela urbana plana y cuadrada y se organiza en torno a cuatro patios interiores. Su masa y diseño comunican una retícula racional y hacen uso de formas geométricas sencillas. Y su llamativa fachada está construida con muros de arcilla blanquecina y bloques de color rojo terracota que enmarcan las ventanas cuadradas. La fachada de la planta baja también está construida con bloques rojos, que aparecen como un sólido zócalo que soporta los niveles superiores de color más claro; esta banda continua se extiende más allá del edificio para fundirse con el paisaje convirtiéndose en los muros perimetrales del emplazamiento. Los elementos de sombra exteriores de madera, las molduras de mampostería en bloque rojo que resaltan las esquinas del edificio, así como las aberturas ventiladas de la fachada, contribuyen a resaltar visualmente la envolvente con una variedad de detalles coloridos.
En planta, el proyecto consta de espacios cuadrados dispuestos concéntricamente en torno a un núcleo central de circulación. Las salas de estar, los dormitorios y los cuartos de baño se sitúan en el perímetro del edificio, mientras que las cocinas y los patios se sitúan hacia su centro. El núcleo da acceso a ocho apartamentos por planta, de los cuales cuatro son de un dormitorio y cuatro de dos. Los cuatro patios al aire libre proporcionan a cada una de las 24 viviendas una doble orientación para una ventilación pasiva y abundante luz natural.
Se integraron varias estrategias de diseño pasivo para ayudar al edificio a conseguir unas condiciones de humedad y temperatura confortables y mitigar la intensidad del clima de Ibiza, a menudo caluroso y árido. Además de protecciones solares en las aberturas de las ventanas y una ventilación cruzada eficiente, los patios están rematados por cerramientos acristalados que los hacen funcionar como "atrios bioclimáticos" que acumulan calor en invierno y ventilan el edificio en verano. El uso extensivo de vegetación en los patios, el paisaje, los tejados y las jardineras contribuye además a crear unas condiciones de vida más agradables al aliviar el efecto de isla de calor. Se especificaron especies vegetales con escasa necesidad de agua, que se riegan con el agua de lluvia recogida del tejado y almacenada en una cisterna subterránea.
Uno de los aspectos más interesantes del proyecto es su envolvente de muros de termoarcilla rellenos de tierra excavada durante la construcción. Esta atípica solución de diseño ayuda a los muros a alcanzar una mayor masa térmica para la regulación de la temperatura y el control de la humedad. La idea surgió durante las primeras fases del proyecto en respuesta a dos requisitos específicos, según Adrià Guardiet, arquitecto del proyecto 08014. Por un lado, aumenta la inercia térmica de los cerramientos del edificio para mejorar el rendimiento energético en verano. En segundo lugar, mejora el aislamiento acústico entre viviendas. "Queríamos dejar las medianeras 'desnudas' para evitar soluciones multicapa y una mayor carga de CO2 asociada, pero esto complicaba mucho el cumplimiento de la normativa acústica", explica.
En colaboración con asesores de sostenibilidad y acústica, los arquitectos concibieron aumentar la masa de los muros de termoarcilla rellenando los huecos de los bloques de arcilla. Además de cumplir los requisitos térmicos y acústicos, la solución también ayuda a reducir los residuos y contribuye a la economía circular del proyecto, ya que el 100% de las fachadas y muros divisorios del edificio se rellenan con tierra excavada para construir los cimientos del solar. La propuesta generó dudas al principio de la obra, según Guardiet, por la preocupación de la empresa constructora de que fuera una actividad onerosa. "Cuando construimos los muros después de filtrar la tierra excavada, descubrimos que la tarea de rellenar la termoarcilla resultó ser mucho más sencilla de lo esperado. Es importante con este tipo de solución tener un control exhaustivo de la ejecución y que los trabajadores entiendan las razones para ejecutarla correctamente."
Las emisiones de CO2 generadas por la construcción del edificio fueron calculadas por el equipo de diseño en 438,91 kg CO2/m2, lo que supone una reducción de aproximadamente el 30% en comparación con los métodos de construcción convencionales. Esta mejora fue posible, según los arquitectos, gracias al uso de cerámica fabricada en hornos con biomasa, la utilización de vigas de madera, la inclusión de patios, el aislamiento de las fachadas con algodón reciclado y el aislamiento del tejado con posidonia seca, una especie mediterránea de alga marina.
