La reutilización del área de la "Zona B", antiguo centro de la famosa empresa Officine Pellizzari e figli, se revela a través de un cambio gradual de escala, de urbana a más detallada. El objetivo es lograr la mejor adecuación posible al contexto, que requiere una visión global a nivel urbano para fomentar la reactivación social, teniendo en cuenta tanto la degradación actual de la zona como su potencial.

El diseño de un complejo multifuncional es, de hecho, una oportunidad para establecer una nueva polaridad que atraiga y modifique los flujos existentes en la ciudad. Sin añadir ningún volumen nuevo, el proyecto pretende dar una nueva cara al antiguo emplazamiento industrial y contribuir a su regeneración.

El nivel intermedio del proyecto comprende el edificio principal de la "Zona B", ya en uso con las nuevas funciones, y la adición de una nueva capa, el sótano exterior, que resuelve la diferencia de altura entre los espacios internos y el espacio público exterior y la calle. La relación entre el interior y el exterior queda garantizada por los grandes marcos de acero de las ventanas, hechos a mano.

La escala de detalle completa el diseño de un nuevo volumen -como resultado final de todo el proceso- que alberga el estudio AMAA. Una caja exenta que busca relaciones con las geometrías de las bóvedas existentes del edificio y con sus materiales -cemento, acero, chapas onduladas, vidrio, mármol y madera-, que remiten a la tradición industrial del lugar.

El espacio del sótano, utilizado en el pasado para probar bombas, se ha convertido en espacios de servicio, como aseos, almacén, instalaciones y cocina, e interpretado como parte de la sólida base de la que emerge el volumen de la nueva escalera de hormigón. Desde esta base, la estructura regular se eleva a dos niveles: el superior es más ancho en altura y superficie.

Los esbeltos elementos de acero definen el esqueleto estructural del volumen, así como el perímetro de los marcos de las ventanas, manteniendo una transparencia total entre el espacio existente y la adición, sin alterar la percepción global del edificio industrial.

La arquitectura es el resultado de una fase compleja, como el propio proyecto. No es un proceso único y lineal, sino que se basa en el examen continuo de las múltiples opciones disponibles, manteniendo siempre una actitud crítica. Es una forma particular de practicar basada en el papel primordial de la IDEA en el proceso. También es fundamental el acto de HACER, que busca un equilibrio entre las tres etapas del trabajo en arquitectura: la teoría, el encargo y el resultado final. Cada una de ellas conserva la esencia de la idea original y se va precisando y desarrollando progresivamente hasta que el proyecto llega a buen puerto. La teoría es una síntesis de los antecedentes formada por modelos, referencias, palabras y otras aportaciones de otras disciplinas, todo ello entretejido.

El encargo transforma estos antecedentes en diseño, tejiendo un vínculo profundo con la ciudad, su historia y sus estratos. El verdadero reto consiste en preservar la esencia de esta idea a lo largo de todo el proceso, desde el primer boceto hasta los planos de construcción detallados y, por último, durante la construcción in situ (el resultado final).
La relación recíproca entre AMAA y el cliente es fundamental, como ya han demostrado ilustres colaboraciones como, por ejemplo, la relación entre Carlo Scarpa y Adriano Olivetti. La puesta en común de valores ha sentado eficazmente las bases para la creación de la obra, como expresión completa de la investigación arquitectónica del Estudio. En este caso, el cliente no sólo expresa sus necesidades o deseos, invirtiendo energía y poniendo recursos a su disposición, sino que, sobre todo, colabora con el diseñador, aceptando diferentes aspiraciones.

El resultado es una caja de dos plantas que alberga la nueva sucursal de AMAA en el interior de una antigua fábrica abovedada. Todo aparece como lo que es: la fina estructura de acero, la losa de hormigón y metal, el recorrido del sistema eléctrico con sus tuberías, enchufes e interruptores, el marco metálico de las ventanas.

El equipo :
Cliente: MARCO METTIFOGO
Diseñador: AMAA
Arquitectos: Arch. Marcello Galiotto PhD, Arch. Dra. Alessandra Rampazzo, Arq. Francesca Fasiol
Fotos: Simone Bossi, Francesca Vinci (modelo)
Cliente: IL GRIFO SRL - Via P. Matteucci, 6 - 36071 Arzignano (VI)
Ventanas de acero: SANTULIANA DESIGN
Estructura de acero: PETTENUZZO REMO S.A.S. DI PETTENUZZO ENRICO & C.
Ingeniero de estructuras: Claudio Lorenzetto - Lorenzetto Ingegneria
Proyecto: Perito PAOLO LUCATELLO
Fontanería: LO.GI.T. Termoidraulica s.n.c. di Antoniazzi Lorenzo e Giovanni
Electricidad: ELETTROIMPIANTI di Nogarole Ruggero & C. S.n.c.

Materiales utilizados :
JUNG: electrical components
O/M Light (Portugal): lighting
PIBAMARMI: travertino marble
FLOS: lighting
TOTO: bathroom fittings
OFFICINE BERNARDINI SRL (Arzignano): steel and inox components
ZUFFELLATO ARREDAMENTI: wooden furniture
AUTOTECNICA DI PERETTO GIUSEPPE: áudio speakers
VITRA: furniture

