En Manacor, al este de la isla de Mallorca, hay una gran efervescencia de grupos musicales, compositores y artistas emergentes que no tenían un espacio para tocar. La familia Lliro quiso contestar a esta necesidad social, y transformar el café que regentaban desde hace más de 30 años, una institución local, en una sala de conciertos.
La adaptación a un café-concierto implicó la modificación de la acústica y la renovación de la cocina, los baños y las instalaciones a la normativa vigente. La reforma se llevó a cabo con los mínimos recursos posibles y con el objetivo de que la clientela se sintiera en el habitual Can Lliro, es decir, como en casa.
Para conservar esta esencia, se ha querido hacer visible la historia del lugar, reuniendo las diferentes etapas del mismo: a principios del siglo XX era una casa (Can Lliro significa casa de Lliro). En los años 50, un horno de pan. A partir de los 80, un bar, y ahora, en 2020, el café-concierto.
NO HACER / DESHACER
Seguimos el procedimiento de "No hacer", así que se han expuesto restos de paredes, madera y yeso de los antiguos falsos techos y de las antiguas baldosas hidráulicas. El viejo bar, las mesas de mármol 'macael' y las sillas y taburetes de cuero sintético negro también se han conservado, ya que han estado en servicio durante 30 años.
También, los ladrillos del horno de pan y las planchas de hierro han sido reutilizados para fabricar los nuevos baños. La demolición de las paredes interiores de arenisca se ha hecho con sierra de mano, y las piezas se han reutilizado en la fachada de la planta baja, para iniciar un diálogo dentro de la fachada del primer piso
INVESTIGACIÓN SOBRE LAS POSIBILIDADES ACTUALES DE LA CULTURA MATERIAL LOCAL
En el contexto actual de crisis climática, el proyecto investiga y demuestra las capacidades para resolver los programas contemporáneos de recursos locales y ecológicos que constituyen la cultura material del lugar.
La selección de los materiales de construcción para conseguir una mejor acústica ha priorizado la autosuficiencia, la reducción del consumo de energía y la sostenibilidad social. En el contexto de la isla, estos vectores cuantificables coinciden con el paisaje local y la cultura material: el techo del escenario ha sido aislado con hierba seca de Neptuno procedente de las playas urbanas cercanas, fabricada por la familia Lliro. La posidonia es una planta marina protegida y se han solicitado los permisos correspondientes.
Las nuevas paredes acústicas interiores están hechas de ladrillos de km0, producidos por un taller familiar local y cocinados con biomasa. Normalmente estos ladrillos se hacen en forma de trapecio para facilitar la construcción de arcos. En este caso, se han colocado en posición vertical, como escamas de pescado, para perturbar la planitud de las paredes y evitar la reverberación acústica.
Si el producto requerido por el programa no se elabora localmente, se ha optado por la opción menos contaminante, como la carpintería de pino con la etiqueta FSC o las tablas de tierra cruda "Eco-clay" de Zaragoza (España) para proteger la anterior estructura de hierro del techo contra el fuego.
La amplia gama de técnicas de construcción reclama la importancia del trabajo manual de todas las personas que han formado parte del progreso. El valor de la mano en la era de la tecnología.