Una geometría sencilla con texturas homogéneas y continuas hace de este proyecto una composición contemporánea y única en su contexto inmediato. Diseñada como una casa que se extiende horizontalmente sobre el terreno como una estructura alargada de baja altura, para no sobrecargar el entorno. Así, la primera planta está construida ligeramente por encima del suelo y en un solo nivel.

Desde el principio, el espíritu que guió todo el proyecto fue conseguir un diálogo permanente entre el interior y el exterior, siendo los materiales los encargados de lograr esta unión con la particularidad de no ser alterados para ofrecer una estética natural con un carácter robusto tanto en el diseño interior como exterior.

Todas las habitaciones están diseñadas siguiendo el mismo camino decorativo, conectadas al jardín por puertas correderas que permiten ver la piscina desde cualquier punto de la casa. El espacio se distribuye en dos zonas: la primera de 158m2 que delimita la zona de servicio, la zona social y la zona de descanso; y la segunda de 41m2 que limita las zonas húmedas complementarias a la piscina. Tres dormitorios con baño privado cubren el programa de la zona de descanso, mientras que la zona social alberga la cocina, el comedor y la sala de estar, así como una extensión del patio cubierto que se funde con la barbacoa. La zona húmeda incluye un jacuzzi, un baño turco, una piscina, una lavandería y un almacén, y la piscina sirve de eje de distribución espacial.

La estructura, de metal, forma parte de la composición geométrica del proyecto y define la configuración general de la casa con una modulación de múltiplos de tres, desarrollando una secuencia sucesiva de pórticos que soportan la propia cubierta termoacústica, que se pierde en el acabado de la composición volumétrica de la obra. Rodeada de un paisaje plácido y grandioso, la casa combina modernidad y arquitectura popular. Un diseño interior sensible también favorece que la casa se convierta en un mundo recóndito e íntimo de texturas cálidas, al tiempo que se abre a la belleza verde y ocre del paisaje.

El contraste que produce la textura rugosa de la mampostería vista hace del ladrillo un material sensible y noble que los habitantes pueden experimentar in situ, convirtiéndolo en la "machine à habiter" de la que hablaba Le Corbusier cuando hablaba del hábitat doméstico, un proyecto que rompe los esquemas preestablecidos. Por último, la coexistencia coordinada de materiales realza la sencillez del edificio, cuya piel potencia decisivamente la composición del diseño y la iluminación del interior.

Los ambientes se integran con rayos de luz llenos de calidez donde las acciones arquitectónicas logran descubrir insistentemente los matices del mobiliario y la decoración, todo ello compuesto en un conjunto de planos que están en armonía y muestran un dominio absoluto sobre los espacios, contrastando con la robustez y personalidad de los muros que los contienen. En definitiva, claridad, luminosidad, austeridad y sencillez definen esta obra, que reclama por sus características y fuertes elementos arquitectónicos una presencia propia en el valle que la rodea.




Equipo del proyecto:
Santiago Palacios, Daniel Samaniego
Materiales utilizados:
1. Facade cladding: Brick, 7x12x24.5, Susudel
2. Flooring: Tile, Fresno Ivory 20x60, Italpisos
3. Doors: Chipboard, Mdf, Masisa
4. Windows: Black Aluminum, Projectable Tube, Cedal
5. Roofing: Sandwich Steel Panels, Kutermico, Kubiec
6. Interior Lighting: Led Lighting, Round Black Ceiling Light 3000K, Maviju
7. Interior Furniture: Wooden Melamine, Farola, Masisa