"Crear un susurro, no un grito" fue el encargo que hicieron a Brown & Brown Architects sus clientes, que han criado a sus familias en la costa de Ayrshire, cerca de la isla de Arran, y sienten una profunda conexión con esta parte del litoral. Era muy importante que las nuevas adiciones estuvieran visualmente subordinadas a la casa original, una tradicional villa victoriana de piedra arenisca roja, que ha resistido los elementos durante más de 150 años.



"House for a Chemist" es la renovación y ampliación de una tradicional villa victoriana en la costa de Ayrshire. Una extensión contemporánea, hecha de vidrio y acero inoxidable ennegrecido, enmarca las vistas del Firth of Clyde y la isla de Arran, y utiliza niveles separados para respetar la topografía original del lugar. Los nuevos elementos adoptan la forma de grandes espacios sociales, los niveles divididos les permiten seguir los contornos del sitio y presentar una simple elevación acristalada hacia el mar. La casa original se ha renovado para crear espacios de dormitorio, conservando las características originales y reintroduciendo las que se han perdido en los últimos 150 años.
La ampliación adopta la forma de un alzado de madera cerrado en la parte trasera, creando espacios exteriores protegidos de lo peor del clima costero, pero el paso a través de esta fachada conduce a un espacio acristalado mínimo, y a una pared de chimenea de acero inoxidable ennegrecido que va del interior al exterior, donde el huésped puede observar lo peor del clima en el Firth. Un techo de sedum remata la ampliación, minimizando su impacto visual cuando se ve desde el primer piso de la casa original, o desde más lejos en la ciudad.



Aumentar el rendimiento térmico y reducir el consumo de energía era lo más importante para el cliente, por lo que se adoptó un enfoque "fabric-first" para el edificio original, en el que se aisló por completo la envoltura del edificio y se instalaron modernas y eficientes ventanas de guillotina. Una bomba de calor geotérmica proporciona calefacción renovable para todo el proyecto, y la nueva ampliación alcanza niveles de rendimiento térmico muy superiores a la normativa de construcción. Se trata de una arquitectura de incuestionable responsabilidad medioambiental, en la que el cliente se siente responsable tanto de la casa como del lugar, lo que se consigue en parte gracias a la enorme reducción de la energía necesaria para calentar la casa victoriana.



El diseño tiene una sensación de solidez y robustez, apropiada para un lugar tan erosionado, pero al mismo tiempo el uso de una paleta de materiales sencilla y contenida crea espacios abiertos de calma, que contrastan tanto con la ornamentación de la casa original como con el caos del clima.
Aunque se trata principalmente de una casa para una pareja, siempre pretendieron que fuera un ancla para su familia, ahora asentada en varias partes del mundo, y un lugar sencillo y sin pretensiones donde poder reunirse y disfrutar de estar en casa en el agua.


