La casa se encuentra en Espinho, una pequeña parroquia a pocos kilómetros del centro de la ciudad de Braga. Es una casa aislada, situada en un terreno inclinado y se desarrolla en 2 plantas. De acuerdo con las condiciones del terreno, decidimos instalar la casa en el nivel medio del terreno, para integrarla mejor en el paisaje. El concepto se basa en el deseo de hacer que la casa se integre en el paisaje a través de sus líneas horizontales y su cubierta de jardín, como si la montaña entrara en la casa.
La materialidad de la casa está dominada por el uso de materiales que están suavemente interconectados entre sí. Utilizamos hormigón visto con encofrado de madera natural en las paredes y techos y piedra natural de ataíja gris para los suelos, lo que da al edificio una coherencia cromática. Para acentuar el contraste claro-oscuro entre el positivo de los elementos sólidos y el negativo correspondiente a la apertura de las aberturas, se eligió el marco de aluminio negro.
En las fachadas donde la incidencia solar es más fuerte, se diseñó una cubierta de protección utilizando el material de hormigón. La distribución del programa tiene en cuenta la mejor orientación solar y las vistas panorámicas sobre los campos y sobre el Santuario de Sameiro. La distribución funcional prevé el máximo aprovechamiento de la energía solar, con el fin de obtener un mayor ahorro energético.