Situada en la Serra do Louro, dentro del Parque Natural de Arrábida, esta casa está construida en el punto más alto del terreno, donde antes se alzaba una ruina en avanzado estado de deterioro. Esta estructura fue demolida, y las piedras de los antiguos muros de mampostería se reutilizaron para construir los muros de delimitación, integrando la intervención en el contexto rural circundante.





Para aprovechar la orientación solar y las vistas sobre el paisaje protegido de la sierra, la casa se abre predominantemente al sur. Los muros, de 2,4 metros de altura, extienden los espacios interiores más allá del perímetro del tejado regular a cuatro aguas que descansa sobre ellos, creando zonas exteriores con distintos niveles de intimidad. De este modo se garantiza la intimidad frente a la proximidad de la calle al norte y del terreno adyacente al oeste, al tiempo que se permite la entrada de luz natural a través de grandes aberturas acristaladas.






El carácter tectónico de la construcción se acentúa con la elección de los materiales. La calidez de la madera de abedul en los techos interiores contrasta con la imponente presencia del hormigón visto en las paredes, que proporciona un lenguaje arquitectónico coherente en toda la casa. En el exterior, el hormigón, la cubierta de zinc natural y el revestimiento de aluminio que protege los marcos de las ventanas garantizan que la casa envejezca de forma natural y requiera un mantenimiento mínimo.




Para satisfacer las necesidades de la familia, el área social ocupa el centro de la casa, sirviendo como punto de encuentro que separa las dos zonas más privadas. Esta disposición espacial garantiza cierta independencia del dormitorio principal respecto a los otros dos dormitorios.

