Casa JA, o La casa que se esconde tras la colina, es un proyecto que desde un inicio imaginamos como una discreta y ligera línea horizontal que más que reivindicar la propia presencia de la casa, remarca el cielo y las montañas del fondo, entre las cuales se escurren los últimos rayos del sol.

Teníamos que mantener la fachada principal tímidamente oculta de la mirada de quienes circulan por las calles de la cañada de Santa Bárbara. Queríamos que la casa fuera tan íntima y silenciosa que sólo sugiriera su propia presencia, eludiendo cualquier presunción, exhibición exagerada, o la ostentación típica del lugar donde se encuentra. Su interior de piedra negra pretende hacer destacar la cubierta y enfatizar esa línea horizontal sobre la que se posaría el sol, el cielo, y las montañas.

La magia de los atardeceres que se perciben desde su ubicación fue algo importante para nosotros durante todo el proceso de diseño. Todos los espacios del interior deseaban verse influenciados por la belleza de esta luz que no hace más que producir cierto encantamiento.

La casa se divide en tres bloques colocados en distintos niveles, conectados por anchas escaleras cubiertas y descubiertas que configuran un espacio continuo y fluido. Los jardines, patios, y plazas organizan el resto del programa y dotan a los espacios de cierta naturaleza introspectiva, domesticada, y silenciosa, llenando todo de una intimidad y recogimiento tal que nos recuerda la arquitectura prehispánica y colonial de algunos pueblos michoacanos.


