Ruesta es una ruina, una hermosa ruina, testimonio de una importante historia que quiere ser preservada dentro del contexto y la problemática de la gestión patrimonial de las zonas en despoblación.
La construcción del embalse de Yesa en los años 60 supuso la expropiación de campos de cultivo, y posteriormente sus casas. Esto provocaría un declive no solo social sino también patrimonial, planteando serias dudas sobre la tutela de un ingente patrimonio cultural y paisajístico, sometido al abandono, al expolio, y al avance de la recolonización natural. Desde entonces el rodaje de La Vaquilla y la cesión al sindicato CGT la han mantenido agonizante, siendo la mayor esperanza actual de vida para Ruesta el paso del Camino de Santiago Francés, línea de intercambio cultural que desde el s. XII conserva su trazado intacto por este mismo lugar.
Por encargo de La Confederación Hidrográfica del Ebro y el Gobierno de Aragón Sebastián Arquitectos ha emprendido una serie de actuaciones que comenzaron con un Plan de Restauración del núcleo urbano, las obras de consolidación de la calle del Centro (vital paso del Camino de Santiago), y la recuperación de varias ermitas.
Pero además, para dar tutela y uso a todo este patrimonio restaurado, Sebastián Arquitectos propone un camping en las ruinas desescombradas y consolidadas, un modelo sensato de rehabi(li)tación del turismo nómada que por allí pasa.
No se trata de evitar el avance de la ruina ni la devolución de toda la materia arquitectónica al suelo del que pertenece, sino de, asumiendo la realidad y la memoria del lugar, proponer nuevos modos de habitar el tiempo fugaz de un lugar en el Camino de Santiago, una alternativa sensata y real a la despoblación de la España Vaciada.
Para la redacción del Plan Director de Ruesta ha sido necesario el empleo de tecnologías de información y digitalización aplicadas, dado el estado de inaccesibilidad en el que determinadas partes del núcleos se encuentran. Se ha realizado una titánica labor de investigación y documentación del estado actual del casco para plantear una intervención por fases que parte de la premisa de aceptar la ruina en su condición actual y con toda su fuerza de evocación. Las acciones que definen nuestro Plan Maestro para las ruinas de los edificios consisten en acciones simples: limpiar, consolidar, reforzar y drenar las ruinas, y finalmente permitir usos simples.
Para la consolidación de las casas de Ruesta se ha empleado una estrategia de vaciado de escombro, drenaje del interior de las parcelas, y consolidación de los muros, liberando un nuevo espacio a cielo abierto que permite nuevos usos, aprovechando la memoria del lugar siempre presente y en suspensión, y evocando los fantasmas de las construcciones que han de recibir al visitante. Se trata de respetar los valores de la ruina como fragmento, y su oportunidad para una segunda vida adecuada a los nuevos modos de habitar.
Algunas de las casas en la Calle del Centro están habilitadas como un área de campamento urbano sin precedentes al lado del albergue de peregrinos. Es un uso que surge del Plan Maestro, que está previsto como el más económico posible en la actualidad, lo que implica la consolidación estructural, retrasa la muerte de las casas y la desaparición del tejido urbano. De nuevo la luz saldrá por los huecos de fachada hacia la calle del Centro. Una alternativa realista al fenómeno del abandono en la España vacía.
Unión significa fuerza: la consolidación estructural está diseñada con todos los edificios trabajando en común, como organismo. Las vigas de concreto componen un anillo superior que evita los movimientos laterales, protege la parte superior de los muros de piedra y, como recuerdo, dibuja una línea blanca que define, desde el aire, el diseño de la antigua aldea de Ruesta.
Algunos de estos edificios estaban cerca del colapso, por lo que fue necesario consolidarlos evitando riesgos y evitando la traducción del Camino de Santiago ordenando el pueblo.El objetivo principal de esta intervención, definida en el Plan Maestro como Acciones Urgentes, era preservar la integridad de los peregrinos, así como también el riego débil pero necesario de la vida que día a día mantiene vivo a Ruesta.
Pero hay una intención visual importante en este proyecto de consolidación que va más allá del mero apeo estructural, para evitar la visión de restos y un paisaje peligroso. Intentamos diseñar otras formas de refuerzo, que evoquen y recuperen la imagen de la antigua estructura de la ventanas o huecos significativos, con sus elementos verticales, barandillaso la sombra del piso de la terraza sobre la pared, protegiendo además la madera existente. estructura. El impacto visual negativo de las cruces de San Andrés se reemplaza por elementos de madera que completan las jambas laterales y el dintel, pero que producen un refuerzo estructural similar. Fabricadas con un material diferente, estas piezas de madera son reconocidas, similares pero diferentes a la piedra amarilla, y por supuesto mantienen la imagen limpia de las ventanas históricas del Camino de Santiago en Ruesta.
La intervención proyectada ha conseguido el éxito en cuanto a cumplimiento de los principales objetivos previstos, consolidar las casas y bienes patrimoniales para detener su ruina y volver a hacerlas accesibles de nuevo. Hoy día ya pueden ser accesibles a antiguos vecinos, visitantes y peregrinos.