El campus de la Escuela Politécnica Federal de Lausana fue construido históricamente en torno a la ingeniería mecánica. Desde principios de los años 2000, con el fin de promover sus actividades de enseñanza, investigación e innovación de alto nivel, la EPFL realizó varias operaciones de remodelación. El campus y los edificios fueron renovados, entre ellos el edificio ME, construido por el equipo de Zweifel + Stricker + Asociados a principios de los años 70, que se había ido estrechando poco a poco y se estaba deteriorando rápidamente.
El nuevo edificio, que cubre una superficie total de más de 223.000 pies cuadrados, está distribuido en cuatro niveles de superestructura y un nivel de infraestructura. El proyecto, que sirve como un patio de recreo experimental a gran escala y como laboratorio para los científicos investigadores, consiste en dos alas conectadas por un gran atrio central. El edificio alberga las oficinas administrativas del departamento de Ingeniería (Sciences et Techniques de l'Ingénieur, o STI), que consiste en oficinas y laboratorios de investigación, así como algunos espacios de oficinas para el departamento de Biología (Sciences de la Vie, o SV).
Cada oficina está abierta al mundo exterior gracias a los ventanales que llenan los espacios de trabajo con una tenue luz natural. Estas cómodas, luminosas y amplias habitaciones son espacios aptos para largas horas de trabajo de investigación. El atrio, una recepción y área social que sirve a los espacios de oficina, es el corazón del edificio. Escaleras rectas y pasillos acampanados fluyen diagonalmente de un nivel a otro y de un lado a otro, llenando el vacío central con un borrón de líneas. Los planos superpuestos y las líneas entrecruzadas crean una imagen tridimensional dinámica, que es deconstruida y reconstruida por cada visitante que pasa por ella. Este plano convierte el atrio en una experiencia espacial fantástica, al tiempo que refuerza su función social, favoreciendo los encuentros fortuitos sin impedir la circulación.
Los materiales - concreto crudo y paredes de metal, cemento y pisos de PVC - favorecen una simple paleta de blanco y negro en acabados mate y brillantes. Las paredes opacas y las pantallas de vidrio crean un conjunto de perspectivas en las profundidades del edificio, convirtiendo cualquier paseo por los pasillos en una experiencia original. En el exterior, las fachadas reúnen dos estilos arquitectónicos distintos en un material común, lo que confiere al edificio un encanto contemporáneo y rinde homenaje al legado del decenio de 1970. La malla metálica, por un lado, evoca el alcance de la ingeniería mecánica, mientras que la fachada norte es una referencia directa a las envolturas de los edificios vecinos. Dominique Perrault concibió una envoltura de malla metálica alrededor del edificio, hecha de persianas robóticas que siguen el recorrido del sol y las instrucciones de los usuarios, como una segunda piel.
Los paneles de malla metálica (acero inoxidable de Bluesteel, y malla metálica de aluminio de GKD) están inclinados hacia fuera de la fachada por un ángulo de 5°, con diferentes inclinaciones; esta yuxtaposición de planos oblicuos parece un patrón tejido, o una bisagra vista a nivel macro. La materia prima utilizada para fabricar estos componentes automatizados denota el propósito del edificio como espacio para experimentos científicos. Por la noche, el sistema de iluminación interior amplifica estos contrastes mostrando la disposición general, convirtiendo la sala en un faro para el campus.