El proyecto incluye la renovación estilística y la mejor redefinición de los espacios y recorridos en función de las nuevas necesidades surgidas tras la primera apertura en 2012. El principal requisito era reducir el número de asientos y devolver a las mesas un ambiente más íntimo y privado. Luces suaves y puntas dirigidas hacia las mesas, tonos muy oscuros y el uso de materiales puros como el hierro encerado en bruto y la madera teñida de negro devuelven la intimidad al ambiente.

El único color destacable es el azul cobalto, reminiscencia de la antigua cerámica oriental, que se utiliza para resaltar las vigas y los pilares de apoyo sobre los que descansa el mostrador de sushi, recubierto de madera fresada teñida de negro, para recordar el ritmo del Makisu (una esterilla de tiras de bambú que se utiliza para preparar el maki). La privacidad de las mesas está garantizada por la inserción de paneles de aluminio negro (Levante de ADLdesign) en bandas horizontales con un paso regular, preciso y elegante. Un nuevo espacio dedicado a la bodega, de cristal transparente con estantes y vitrinas refrigeradas negras, se convierte en el elemento de separación entre la parte "privada" del restaurante y la sala tatami, más acogedora y pública, totalmente de roble natural.



