La reforma y ampliación del Hospital San Juan de Dios de Pamplona se efectúa sobre un edificio proyectado por Víctor Eusa en 1935 y finalizado en 1943. Originalmente, constaba de un eje principal sobre el que se desplegaba el programa en un peine alterno, con las unidades de hospitalización al sur, albergando entre ellas la entrada principal. Al norte, oponiéndose a los vacíos de la zona sur, los volúmenes del bloque obstétrico y la capilla. Este eje finalizaba penetrando en el área de planta claustral de la residencia de hermanos. Esta es, por otra parte, una de las obras de Eusa en las que la influencia del expresionismo racionalista centroeuropeo se manifiesta con mayor claridad. El hospital se encontraba fuera del núcleo de Pamplona, sobre un promontorio que domina la cuenca del río Arga. En el pasado, al interior del muro que delimitaba la parcela, predominaba el espacio ajardinado con unos mínimos accesos rodados.
Los años fueron desvirtuando el proyecto original, de manera que el programa hospitalario, muy ampliado, generó notables disfuncionalidades, la mayor incidencia del transporte rodado disminuyó notablemente la superficie ajardinada, con el consiguiente deterioro de la imagen y, finalmente, la expansión de la ciudad dejó al hospital envuelto por una zona residencial de baja densidad.
Ante estas circunstancias, la intervención apuesta de manera clara por la definición del conjunto a través de la actualización de los valores originales. Por un lado, la asunción del modelo de la planta, basado en los ejes de circulación, permite la unificación en una misma volumetría del edificio nuevo y el rehabilitado. Esta disposición general también permite desplazar los puntos de relación del edificio con su entorno urbano a los frentes de los peines, al igual que en la situación original. Finalmente, se consigue una buena inserción del edificio no ya en la parcela, sino en la imagen urbana, logrando que el volumen aparente sea muy inferior al real, lo cual resultaba crítico dado el carácter residencial unifamiliar de la zona. Una vez liberado el frente de parcela de las áreas de aparcamiento, el hospital se manifiesta como un conjunto de pabellones rodeados de espacios ajardinados, naciendo del suelo los originales y flotando sobre el mismo los nuevos. Una vez liberado el frente, el edificio crea su propio paseo peatonal entre jardines.
En cuanto a la imagen, el estudio de fotografías y alzados originales revela la voluntad protagonista del marcado horizontal y un elegante expresionismo en el tratamiento de los planos de ladrillo y el recorte de huecos, perdido a lo largo del tiempo. Por un lado, se recupera la imagen primigenia, eliminando el añadido de la cubierta de teja y respetando la relación entre planos de ladrillo y planos de mortero pintado. En cuanto a la nueva intervención, se respetó la imagen de hospital de pabellones y se diseñó un revestimiento de bandejas de aluminio de modulación combinable como forma de generar una vibración en la fachada mostrando la materialidad pura de sus elementos que se enfatiza por la falta aparente de remates. Mediante este empleo de las bandejas se consigue, por un lado, un delineado general de la horizontal equivalente al del edificio de Eusa y, por otro, una fuerza expresiva que, paradójicamente va asociada a un cierto grado de fragilidad que favorece la desaparición del gran volumen edificado en su entorno.
Por último, el edificio original era un ejemplo de la propia transición del lenguaje de Eusa desde su etapa ligada al expresionismo centroeuropeo hacia otra más académica pero austera que, sin grandes dificultades puede ser ampliada con un lenguaje más abstracto donde siempre tenga una gran importancia el tratamiento material de las superficies. No se ha hecho una simple ampliación imitando el lenguaje preexistente sino que se ha creado una nueva unidad compleja donde se puedan percibir, al mismo tiempo, las similitudes y diferencias de arquitecturas distantes en el tiempo.
Ingeniería: Eduardo Ozcoidi Echarren (Estructuras), ED Ingeniería (Instalaciones), JG Ingeniería (Instalaciones), Jesús Armendáriz Recalde (Aparejador)
Fotógrafo: Rubén P. Bescós, José Manuel Cutillas
