Las fachadas de azulejos azules de dos nuevos edificios de departamentos de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Mittelhessen hacen referencia a la arquitectura de los años sesenta de Giessen. Diseñadas por el estudio de arquitectura alemán Schulz und Schulz, las austeras siluetas de los departamentos de Ingeniería Mecánica y Energética e Ingeniería Civil (conocidos coloquialmente como C15 y C16) recuerdan un estilo brutalista de posguerra.
Un concurso de arquitectura especificaba originalmente la creación de un edificio que albergaría ambos departamentos universitarios de forma colectiva. Schulz und Schulz propusieron una alternativa: la construcción de dos edificios, dando a los departamentos una clara diferenciación física y situándolos dentro de un contexto urbano definido y de baja altura. "El deseo de reorganizar el campus condujo a un plan maestro diseñado para lograr una mayor densidad y crear mejores vínculos con el resto del barrio", explica Schulz und Schulz. "El diseño uniforme crea la apariencia de un conjunto construido simultáneamente". La única diferencia entre los dos edificios es su volumen total. Una pasarela que separa las estructuras facilita una conexión más ventajosa entre el campus universitario y la ciudad.
Los azulejos azules esmaltados de cada edificio departamental llenan los espacios entre los elementos prefabricados de hormigón y recuerdan el lugar de Gießen como antiguo centro de producción de baldosas de cerámica en Alemania. Fue aquí donde, en 1891, el fabricante de puros Wilhelm Gail fundó Gail Ceramics International, uno de los primeros productores alemanes de baldosas cerámicas. Hoy, la arquitectura de Gießen está repleta de fachadas de azulejos y, para Schulz und Schulz, "los nuevos edificios de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Mittelhessen reviven esta tradición y recuerdan los días de gloria de la ciudad".
Dentro de cada edificio, las aulas, los laboratorios y los talleres tienen una estética eminentemente industrial. Las paredes, suelos y techos están revestidos con una paleta de hormigón en bruto y pulido, mientras que los detalles azules de ventanas, puertas y zócalos continúan el uso del azul desde el exterior hacia el interior. Los espacios se diseñaron teniendo en cuenta cómo se ocuparían, utilizarían y adaptarían. Para lograrlo, "los interiores produjeron planos de planta con una cuadrícula uniforme y pocos elementos portantes", explica Schulz und Schulz. "Los edificios se diseñaron como estructuras de hormigón armado para hacer frente a las grandes luces y las cargas excepcionalmente elevadas de los forjados en los laboratorios y talleres".
A pesar del gran uso de hormigón, fue posible reducir las emisiones de CO2 derivadas de la producción en torno a un 30%. Schulz und Schulz lo consiguieron "rompiendo la estructura vertical de carga" y utilizando losas alveolares macizas. Según el estudio, el uso de estas losas "evita las estructuras de varias capas con soleras, por ejemplo, [y] ayuda a mejorar la reciclabilidad y minimizar los residuos".