La idea primordial fue incorporar un extenso programa a un departamento de solamente 40 metros cuadrados que no tenía un solo ángulo recto por tratarse del último piso de un edificio en esquina en el barrio de Villa Devoto en la. En ese sentido la superficie se encontraba mal aprovechados y pasó a optimizarse de manera total.
Los balcones y las diagonales existentes fueron el punto de partida para este proyecto. En primer lugar, decidimos abrir nuevas ventanas y ampliar las existentes a todos los balcones generando un programa diferente en cada uno. El del cuarto es el balcón verde repleto de vegetación, el de la circulación hacia el baño es el de descanso logrando con una nueva carpintería de chapa un asiento hacia el exterior, el del living es el de reunión con un fogón exterior y bancos diseñados que son parte de las barandas y el de la cocina es el que contiene la parrilla y lugar para cocinar al aire libre.
En el interior, el antiguo lavadero en un patio se convirtió en la cocina con una cubierta de chapa ondulada. Una chimenea de doble frente se centra entre la cocina y el living pasando a ser la protagonista del proyecto junto con la isla curva que contiene un bonsai de más de 30 años. Un gran mueble fijo contiene la heladera, el lavarropas oculto, un escritorio, biblioteca y una estructura de sillón que sostiene un terrario de 3 metros de largo generando el respaldo del mismo.
Incorporamos el verde en todo el proyecto, adentro y afuera. Al tomar la decisión de hacer un proyecto monocromático gris oscuro logramos que la atención se centre en la vegetación y en las diferentes texturas.
Equipo:
Arquitectos: Estudio Grizzo, Lucila Grizzo, Federico Grizzo
Federico Kulekdjian: Fotógrafo