Camplus San Pietro es un establecimiento hostelero situado en el corazón de Roma, junto a la Ciudad del Vaticano. Acoge estancias de corta y larga duración, integrando el entorno natural con el tejido urbano de la ciudad. Los estudiantes pueden alojarse durante el curso académico, mientras que los turistas son bienvenidos todo el año. El edificio de seis plantas, originalmente un centro sanitario, ha sido restaurado y rediseñado para crear 120 habitaciones que fomentan una conexión directa con la naturaleza y promueven un estilo de vida sostenible.


En el interior, la reforma resalta el contraste entre el estilo brutalista de la estructura y los elementos escultóricos, como la escalera de caracol y las refinadas estructuras metálicas de las habitaciones. Las generosas aberturas de las ventanas permiten la entrada de abundante luz natural y mantienen un vínculo visual con la vegetación circundante. Las piezas clave del mobiliario, como la cama, el armario y la cocina, están integradas en la estructura metálica, maximizando el espacio vertical y delimitando claramente las zonas de día y de noche. Este planteamiento crea una sensación de desván despejado.


Estrategias sostenibles y conservación del patrimonio
Reducir al mínimo los materiales de construcción, instalar sensores de luz y movimiento e incorporar un sistema de calefacción y refrigeración flexible y eficiente desde el punto de vista energético fueron objetivos fundamentales. Los calentadores de agua ecológicos y los paneles fotovoltaicos reducen aún más el impacto ambiental del edificio. Cuando fue necesario, se reforzaron las estructuras y se realizaron obras de adaptación sísmica. El edificio también está incluido en la «Carta per la Qualità» de Roma, que protege los bienes arquitectónicos, arqueológicos y culturales y exige la conservación de rasgos definitorios como la estética brutalista del edificio y las grandes aberturas de las ventanas.
Un atrevido mostrador de recepción y una escalera serpenteante animan a los huéspedes a optar por las escaleras en lugar del ascensor, fomentando la interacción social en un vestíbulo amueblado con bancos de madera y hormigón.



Las mejoras paisajísticas incluyen jardines de lluvia plantados con especies locales de bajo mantenimiento y una zona de aparcamiento diseñada para un uso multifuncional. El pavimento permeable ayuda a mitigar las islas de calor urbano y a gestionar los efectos de los fenómenos meteorológicos extremos, cada vez más frecuentes. Un sistema de volumen de refrigerante variable (VRV) proporciona calefacción y refrigeración, trabajando en tándem con calderas de condensación para el agua caliente; todos los elementos mecánicos, eléctricos y de fontanería (MEP) están conectados a un sistema de gestión equipado con sensores de ocupación, temperatura e intensidad luminosa. En los lugares visibles, los componentes MEP están expuestos o cubiertos con paneles de malla metálica para lograr un aspecto limpio y minimalista.

Los dispositivos de iluminación LED reducen el consumo de electricidad, mientras que un sistema fotovoltaico de 60,48 kWp en el tejado genera aproximadamente 82.555 kWh de energía al año. Los grifos e inodoros de bajo caudal en cocinas y baños limitan el consumo de agua. Para cumplir con las limitaciones del patrimonio, no se podían modificar las aberturas de las ventanas existentes, por lo que se transformaron en un elemento de diseño central que enmarca las vistas exteriores y garantiza la luz natural.


