FORTUNATA, adj. del italiano: lo que ha sido tocado por la suerte. Una casa construida alrededor de un árbol, donde la razón es el principal instrumento en la búsqueda del espíritu de la vida.

Situada en el extremo sur de Brasil, la Casa Fortunata es un proyecto que manifiesta las actividades esenciales de la Arquitectura: la lectura cuidadosa de las condiciones ambientales; la determinación precisa de los procesos constructivos; la resolución correcta del programa de necesidades; y la armonía de las formas construidas.

Construida en un barrio tradicional y abierto, la casa se implantó alrededor de una inmensa Araucaria angustifolia - especie amenazada de extinción. El acceso desde la calle a la entrada de la casa es a través de un camino sinuoso de tierra y grava, la vía entra en el patio y se extiende hasta la puerta de entrada. No hay barreras, sólo una trama metálica permeable. Existe la intención de que el suelo de la casa sea el mismo que el de la ciudad; el deseo de crear espacios urbanos sin barreras, de integrar lo público y lo privado.

Su inserción en el paisaje es una respuesta directa a las limitaciones del lugar. Con el objetivo de intervenir mínimamente en la topografía, el volumen principal se apoya en un pilotis que toca delicadamente el suelo y se adapta a la conformación natural del terreno. Se utilizó todo el material resultante de la excavación de los cimientos; la tierra se utilizó como terraplén para el área de maniobra de los vehículos; las piedras se utilizaron en la construcción de los muros de contención y de los elementos de paisajismo. La vegetación autóctona se conservó prácticamente en su totalidad.

Diseñada para una pareja joven, la división programática de Fortunata es sencilla: en el nivel inferior, bajo el pilotis, hay un garaje; entrando en la casa están el vestíbulo y el lavadero. En el nivel superior, a partir de la unión geométrica de cuatro rectángulos, se diseñó una planta estructuralmente abierta, donde la separación entre las funciones de vivir, trabajar y dormir viene dada por la condición espacial generada por el núcleo de servidores y por el uso de elementos livianos. No hay pasillos sin salida ni espacios de convivencia cerrados. La circulación se produce en un movimiento continuo que permea espacios flexibles y multifuncionales. Una condición que permite a la casa asumir diferentes configuraciones y seguir los cambios de vida de los propietarios.

Completando el programa, tres verandas construidas con la madera utilizada en los encofrados de hormigón conectan la casa con el patio trasero; amplían el salón hacia el paisaje. Sin cortinas ni barreras visuales entre el interior y el exterior, el habitante tiene un contacto permanente con la naturaleza. Al mismo tiempo que habita la casa, también habita el bosque.

El hormigón visto se utiliza como material total. Está en la estructura, los cerramientos, los peldaños de las escaleras e incluso en el mobiliario fijo. Un material que envejece con la misma belleza de la naturaleza, resiste bien a la intemperie y requiere poco mantenimiento incluso en medio de la humedad del bosque. Además, es un sistema muy común en la región, con mucha mano de obra cualificada y costes de construcción más bajos que otros sistemas con las mismas virtudes. Una estructura que se muestra cruda y que revela un proceso de construcción que, al mismo tiempo que es riguroso y preciso, también muestra las perfectas imperfecciones de un trabajo hecho a mano. Una obra donde la materia y la técnica son indivisibles.Hablando de los aspectos sostenibles de la casa Fortunata, además de la mínima intervención en la vegetación y topografía existentes, destacamos la utilización de madera reflorestada en el encofrado del hormigón; reutilización de esta madera para la construcción de las verandas; ventilación cruzada en todos los ambientes de uso continuo; carpintería de alto rendimiento con

corte térmico; doble acristalamiento aislado; aislamiento térmico con EPS en las losas del suelo y del techo; tratamiento del hormigón visto con productos sin disolventes; sistema de calefacción alimentado por combustible ecológico; uso de agua de lluvia para el enriegue; iluminación natural en todas las dependencias, incluido el uso de claraboyas; e iluminación artificial realizada íntegramente con lámparas LED, incluida la automatización para controlar la iluminación exterior.Sobre las formas construidas, la geometría sólo se apoya en el terreno. Diseñamos una arquitectura silenciosa que mantiene un diálogo franco con la naturaleza, ya sea a través de sus muros opacos que en el duro invierno austral se mezclan con la niebla, ya sea por la forma en que el bosque se refleja en sus vidrios en los días de cielo azul. Su calidad plástica está en las relaciones entre planos, vacíos, luces, paisaje y texturas. Un proyecto que amplía el campo de la propia arquitectura y aporta reflexiones sobre las relaciones entre la casa y la ciudad, entre el hombre y la naturaleza.
