El objetivo era conseguir una cocina cómoda, amplia y muy luminosa en el espacio que antiguamente había sido el garaje de la casa (oscuro y con pequeñas aperturas).
El punto de partida de la rehabilitación fue abrir unos grandes ventanales de 3 mts de largo en una de las paredes estructurales de la casa y desde donde entraba gran cantidad de luz a la vez que se disfrutaban de unas increíbles vistas al jardín. Paralelamente también se abrió un nuevo ventanal alargado en el muro fachada para disfrutar aún más de las vistas exteriores.
La planta era alargada y de grandes dimensiones por lo que se decidió hacer una distribución con el mobiliario estratificado blanco en paralelo y con una gran isla central de roble natural, que a la vez se convertía en mesa. El resto de muebles diseñados eran de almacenaje con el fin de que la cocina fuera cálida y funcional en partes iguales
