En el excepcional contexto del pueblo de montaña de Malá Úpa, diseñamos una casa para amigos que se inspira en edificios históricos de las montañas Krkonoše, utilizando conocimientos centenarios de la vida en la montaña y transformándolos para las necesidades residenciales contemporáneas.
La casa está situada hacia la pradera de montaña inclinada hacia el oeste de la cresta limítrofe, confirmando las costumbres locales tanto en su distancia de la carretera como en la alineación de la cresta. Se inspira en la forma de las casas históricas de montaña e incorpora principios arquitectónicos contemporáneos.
La forma de la casa es sencilla, notablemente alargada, asentada sobre un notable zócalo revestido de piedra local. El volumen situado sobre el zócalo de piedra está revestido de madera sin tratar, cuya expresión evoluciona gradualmente con el tiempo, adquiriendo un tono gris plateado. A medida que pasa el tiempo, los listones pintados de blanco que cubren las juntas entre los tablones de la fachada destacan cada vez más como acento. Esta fachada garantiza la longevidad incluso en las condiciones de nuestras montañas más altas.
La cubierta es a dos aguas y está revestida de chapa de aluminio lacada en negro, con un par de buhardillas deliberadamente retranqueadas de los hastiales. La buhardilla más pequeña, orientada hacia la carretera, está totalmente revestida de chapa, mientras que la buhardilla más grande, orientada hacia las vistas y que ilumina el dormitorio, tiene la fachada frontal revestida de madera.
En la parte oeste, el volumen principal de la casa se amplía con una veranda inspirada en las extensiones de las casas de campo históricas. La veranda está parcialmente cubierta con listones verticales a nivel de la fachada, lo que crea una barrera entre el interior y el exterior y reduce visualmente el efecto de ruptura de la veranda. Como acento, una terraza contemporánea de acero totalmente abierta se extiende desde la veranda, suspendida sobre el terreno circundante, sostenida por un par de patas separadas. En condiciones meteorológicas extremas, cuando el entorno se desdibuja y la visibilidad es mínima, se convierte en un puente imponente en medio de la nada.
El contraste con la fachada abierta con porche es la fachada que da a la carretera, donde la casa parece más cerrada. Esta fachada oculta todos los elementos que no conviene acentuar. El único elemento destacado que se opone a la buhardilla metálica es la caja de acero negra de la entrada, que protege del impacto directo de la intemperie.
A través de la caja de entrada, los visitantes acceden al vestíbulo y siguen adentrándose en la casa con un flujo natural entre las habitaciones, donde prima la espaciosa zona de estar. Desde la planta baja, unas escaleras conducen al sótano, con zona de bienestar y deportes, o al ático, destinado exclusivamente a dormitorios.
El concepto de interior se alinea con el carácter modesto de la casa, con el objetivo de crear un refugio digno para la familia, asegurando que todos se sientan cómodos incluso durante las tormentas más duras de la montaña. En el interior destaca la madera, complementada con sutiles colores apagados y elementos artesanales y artísticos cuidadosamente elegidos.