La Casa Hh muestra cómo la construcción de una nueva casa va de la mano de la mejora del paisaje circundante. Al principio del proyecto, el objetivo principal era proporcionar una vista máxima de los alrededores, creando al mismo tiempo un lugar donde los residentes pudieran sentirse como en casa y seguros. El escenario de esta tarea se encuentra al borde del bosque, en un barrio tranquilo. Un viejo bungalow tenía un aspecto ruinoso y el jardín estaba cubierto de maleza; el lugar estaba muy separado del entorno. Nos propusimos encontrar una visión sostenible para este hermoso lugar para vivir.
El objetivo del diseño era devolver el jardín al paisaje. Se eliminaron los antiguos edificios y vallas y se rediseñó la parcela. Alrededor de la casa se plantan nuevos árboles y vegetación forestal. La nueva casa está enclavada en este entorno restaurado. Dos volúmenes en forma de embudo se orientan cada uno hacia el paisaje de forma independiente, pero permanecen conectados por un enlace transparente. La vegetación y el edificio dialogan y ofrecen privacidad y seguridad. El edificio está diseñado como un conjunto masivo con grandes recortes que enmarcan el paisaje. Los espacios habitables están orientados principalmente hacia la parte trasera, donde la parcela se funde con el bosque. El patio interior entre los volúmenes forma el vínculo entre el mundo interior protegido y el paisaje exterior.
Los espacios habitables de la casa se organizan en los dos volúmenes: la cocina, el despacho y la zona de dormir en uno, una zona de estar en el otro. En la planta baja, la zona de estar, la cocina y el estudio están conectados y pueden separarse mediante puertas correderas si es necesario.
Las funciones auxiliares y la escalera se combinan en un volumen de madera, formando un amortiguador entre la cocina y la zona de trabajo. En la primera planta, se accede a los dormitorios y al baño a través del vestíbulo central de noche. Las zonas más privadas, como el cuarto de baño y el salón de noche, tienen ventanas en forma de claraboya que filtran las vistas, mientras que los dormitorios tienen aberturas de fachada más pequeñas que dan a los alrededores.
La casa se ha equipado con materiales cálidos y terrosos que articulan el diálogo entre el edificio y el paisaje. Los tejados verdes están plantados con plantas herbáceas. Las fachadas y el camino de entrada son de auténtica piedra de campo. La calzada continúa en la entrada, combinada con los otros suelos de hormigón cortado y parqué.
La carpintería es de madera dura, y cada ventana tiene su propio carácter, que corresponde a la vista y al espacio que hay detrás. Los residentes, junto con carpinteros experimentados, se arremangaron para hacer estas ventanas. Crearon su propia visión del paisaje.
