El diseño de Ralph Germann para esta casa está basado en el entorno natural del edificio, en una tecnología respetuosa con el medio ambiente y en una estética simple y atemporal.
Construida en una propiedad en las alturas de Sion, el edificio de 36 metros de largo y 6,5 metros de ancho sigue las líneas de la colina como un muro en un huerto. Un muro que protege y estabiliza la pendiente fue la visión de Ralph Germann para esta casa. El color gris de la fachada apoya la idea de una roca protectora.
Como el Valais es una zona sísmica, la estructura del edificio es de hormigón.
Con un tejado plano de 200 metros cuadrados, el arquitecto tradujo el principal deseo de sus clientes de crear espacio para tantos módulos solares como fuera posible. El exceso de energía se almacena en baterías, abasteciendo no sólo la casa con electricidad, sino también los coches eléctricos. El sistema de calefacción se basa en la calefacción geotérmica.
El edificio está dividido en dos casas separadas: una gran casa de 220 metros cuadrados, donde todo el espacio vital se reparte en el piso superior y un piso más pequeño de dos plantas. La entrada a la casa es a través de un garaje abierto, separado del jardín silvestre por listones de madera de alerce. La planta baja también alberga una lavandería, una cueva de vinos, una bodega de quesos, un vestuario y un aseo. Una escalera conduce a la planta superior con terraza de patio, cocina y sala de estar con una gran chimenea, un largo pasillo de hormigón con luz cenital que conduce a las diferentes habitaciones.
Además de las consideraciones ecológicas (materiales locales, energías sostenibles, ...), el arquitecto también tuvo en cuenta su futuro al diseñar la casa. En opinión de Ralph Germann, los garajes podrían perder su función principal, ya que los coches eléctricos están libres de gases de escape. Con los coches eléctricos aparcados en el exterior, el garaje podría ser utilizado en tiempo cálido como un espacio vital adicional, proporcionando sombra y una vista al jardín.
