Casa JM

Introducción
La casa como lugar donde vivir y crecer. Esta vivienda unifamiliar desarrollada en dos alturas da respuesta a las necesidades de una pareja en una parcela en los alrededores de Valencia. Un espacio flexible que busca la luz y el aprovechamiento del espacio exterior desdibujando los límites entre la casa y su entorno.

 

Espacio
La vivienda se encuentra en una zona residencial a las afueras de la ciudad de Valencia, en un borde urbano que linda con un entorno protegido y se ubica en una parcela en esquina que se orienta de manera natural hacia la naturaleza circundante.

 

La casa se dispone con una planta escalonada que recorta el espacio exterior mientras genera nuevos espacios intersticiales entre cada uno de los cuatro volúmenes creados. Tres de ellos resueltos en una única planta y destinados a la zona de día; integran el salón, el comedor, la cocina y el estudio de música. El cuarto volumen crece en dimensión y alberga la zona de noche al completo y un sótano de uso libre. La relación entre los espacios busca en todo momento miradas cruzadas entre ellos, espacios concatenados pero no unitarios, y salidas al exterior de la vivienda a través de grandes huecos de carpintería de madera que nos conectan con el exterior. Los espacios que se generan con los deslizamientos entre volúmenes descubren zonas de resguardo para invierno o espacios que buscan la sombre en verano, donde poder comer o desayunar protegidos del sol directo. Un eje conecta todos los volúmenes generando una circulación clara y cómoda que disfruta de cada zona a su paso.

 

En su fachada sur, una piscina completa el plano de pavimento que discurre desde el interior de la vivienda y que resbala completando las zonas soladas exteriores. Una cocina de exterior de ladrillo visto, llamada comúnmente en la zona “paellero”, aúna el ocio con el momento previo a la comida y enlaza el área de piscina con una zona porchada por una potente pérgola.

 

Materiales
En el interior de la vivienda, una controlada paleta de materiales relata los usos de cada espacio y la relación con su entorno. En la zona de día, accesible desde el exterior en varios puntos, se ha utilizado un microcemento que enlaza con las soleras de hormigón exteriores. En la zona de noche, un parquet de madera de roble genera las zonas más íntimas de la vivienda. El roble discurre también por todo el mobiliario integrado de la casa, que resuelve tanto almacenaje como el propio mobiliario de cocina. El espacio bajo rasante descubre los materiales directos de la construcción tratados como protagonistas: el muro de sótano y un patio inglés anexo a éste definen cómo un espacio residual puede convertirse en un lugar idóneo para cualquier función.

 

La vivienda es siempre un ejercicio espacial complejo, resuelto en este caso con un esquema sencillo pero muy rico en visuales y con una gran calidad en la vivencia de la casa.

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